Cena Cubat: Gastronomía y Música

Esta va a ser una de esas entradas más visuales que descriptivas. Sigue la línea de nuestras visitas a los Estrella Michelín. Aunque en este caso estas estrellas no están oficialmente, lo que nos encontramos en este evento podría ser muy digno de ellas. Es difícil describir todos los sabores y texturas así que lo mejor es que sepáis la historia de este evento, de Cubat y que disfrutéis de las imágenes, que valen más que mil palabras. La pena es que aún no se haya inventado algo que además de la imagen pudiera transmitir el sabor!

A finales de Junio fuimos a la IV cena organizada por el grupo Cubat. Esta vez una armoniosa combinación de gastronomía y música. Cubat, Cuiners del Baix Llobregat es grupo de 9 expertos cocineros de 9 restaurantes con la misma filosofía y amor por la gastronomía: Rosa Farres de La Lluna en un Cove, Joan Fernández de L’Apat, Enric Roig de Can Rafel, Manel Armengol de Major 36, Gerard Solís de El Racó, Jó Baixas de Follia, Balbina Garcia de Casa Nostra, Joan Mascaró de El Mirador de Sant Just, Domingo Morilla de Cal Mingo. De Follia ya os hablamos, Casa Nostra lo visitamos antes de tener el blog y con el resto hemos tenido experiencias culinarias codo con codo, pero nos falta la visita a su casa. En cualquier caso, estas 18 manos son de lo mejor del Baix Llobregat. Por eso, no dudamos en ningún momento de poder disfrutar de todas sus creaciones a la vez en esta cena que se celebró en Follia donde 5 espacios diferenciados te ofrecían diferentes platos, bebidas y música.

Nada más entrar al restaurante te invadía una sensación de emoción. Estábamos expectantes a lo que nos íbamos a encontrar, incluso un poco desubicados al principio: toda la comida estaba servida en raciones individuales, no había mesas ni sillas, era algo diferente, nada de una cena formal en cuanto a etiqueta, pero completísima respecto a oferta gastronómica.

El primer espacio que encontrabas enfrente de la entrada era la cocina. Allí Tayaimgut, conocido por nosotros en nuestra visita al 9 de granados, aportaba el vino para poder acompañar la comida. Gran Vino!.

Primero una impresionante tortilla de patatas inspirada en un parmesano llamaba la atención: 72 huevos, 10 kilos de patatas y 10 kilos de cebolla se emplearon para hacerla. Para comer esta tortilla, se iba vaciando con una cuchara y el hueco se iba rellenando con queso parmesano de verdad.

También allí encontramos unos exquisitos cucuruchos de pollo Pota Blava con Foie: una acertadísima presentación para poder comerlo sin malabarismos. Impresionante.

Huevos, ceps, berenjena y cebolla, en su propia huevera de cartón y usando su propia cáscara como recipiente,  demostrando otra vez la preocupación para que los comensales pudieran comer a gusto, aún a cambio de un trabajo extra.

Calamarcitos rellenos de conejo y hummus, una mezcla explosiva y sabrosísima. El calamar era tierno y fresco y el conejo  lo “engordaba”. El hummus servido como si fuera una salsa completaba este original plato.

Tartar de corvina, un suavísimo sabor, sutil y elegante, servido en pequeñas tostadas en la cantidad idónea.

Continuando la ruta, llegamos a la zona de Bar y allí encontramos un par de pinchos con toque asiático: Dado de atún con cacahuete de wasabi y Salmón con Soja y Sésamo. El vino lo aportaba Raimat, con su anima y la música DJParrot.

Este pequeña “transición” por llamarla de alguna forma daba paso a la terraza. Allí encontramos una de las presentaciones más llamativas de un plato simple que demuestra como con la creatividad suficiente convierte lo más común en sofisticado: una tostada con alioli.

No me digáis que no es original: aceite de oliva como si de un caviar se tratase y el ajo negro untados en una tostada de pan. No es como ninguno de nosotros se imaginaría esta tostada al decir su nombre, pero es una tostada con alioli!! Sublime. En esta misma terraza y con la misma oferta musical, coincidimos con nuestros ya fijos Rosa la Guapa y Lo mur, que ofrecían sus vinos. También en este espacio encontramos dos filigranas más: Calabacín, bacalao, olivada y sal ahumada.

Y un espectacular foie en escabeche. Creo que es la primera vez que tomábamos el foie así. No tenía nada que envidiar a ninguna de las formas que como hasta ahora lo habíamos tomado. No es la más habitual, quizá ahí residía su encanto, en darle ese toque diferente. Como incondicionales del foie que somos, nos pareció un manjar.

Para después de la comida, durante o antes, eso es cuestión de gustos, en este mismo espacio también se podía encontrar Gin 9 de Mascaró.

Al adentrarnos en el jardín, cambiamos de tercio y viajamos musicalmente a Brasil donde encontramos productos del huerto y la brasa. A mitad de camino, como si fuera necesario hacer un tentempié encontramos en un rincón casi sin luz unos tomates pera, ensartados en largos pinchos, con aceite, sal y albahaca (no necesitaban nada más) y los rollitos de roast beef: una fina capa de esta carne rellena de diversas hojas todas frescas y crujientes con un toque de vinagreta para hacerlos más jugosos. En este espacio, Finca Parera ofrecía sus vinos.

Al final del camino se veía un poco más de luz y llegamos hasta allí donde encontramos una gran barbacoa y los músicos en directo. Una mesa central bastante grande servía de barra donde iban poniendo las raciones sacadas del fuego de la brasa para que todos pudiéramos comerlas calientes y recién hechas. Podías maridar con Cava Montferran y Brunus desde una butifarra, patatas, pulpo y una curiosísima fondue de Gambas!.

Butifarra de pato y cerezas: una combinación que otorgaba un sabor muy especial a esta butifarra. Contrariamente a lo que pudiera parecer, no era dulce de sabor, pero muy melosa de textura.

Las Patatas que hacían a la barbacoa eran nuevas, hechas enteras y partidas por la mitad. Al momento se les rayaba trufa blanca de verano que desprendía todo su aroma. Unas de las mejores patatas que hemos comido nunca. Con una elaboración tan simple, se ganaron toda nuestra admiración.

Una de las cosas más curiosas que vimos fue la fondue de gambas. No era de queso ni tampoco de chocolate aunque la salsa, que era una reducción de caldo hecho de las cabezas de las gambas, tenía un toque de cacao casi imperceptible. No alteraba el sabor principal pero si aportaba un toque exótico. Las gambas en palillos largos, se ponían a escaldar unos segundos en el agua hirviendo y luego se mojaban en la salsa. Muy fácil de reproducir en cualquier sitio, incluso en casa. Algo innovador que si algún día tenemos invitados seguro que nos hace quedar la mar de bien.

Volviendo a la casa, veíamos de reojo la Sala, donde esperaban los postres…pero aún nos quedaba un espacio más por visitar antes de llegar a la parte dulce: El Celler&Jazz, estaba en la planta de arriba, casi nos lo saltamos, suerte que llevábamos el croquis. Menos mal que lo vimos a tiempo, porque allí nos esperaba un arroz y unas croquetas muy especiales. Vinos del Massís ofrecía el maridaje en esta zona.

Cuando llegamos estaban a punto de echar el arroz. Mientras esperábamos, probamos el otro plato: unas croquetas negras de calamar. Muy sofisticadas simplemente se les daba un toque de plancha para que tomaran temperatura. Más más tiempo las deshacía ya que no llevaban rebozado ni eran fritas. Originales y buenísimas.

Apurábamos la copa de vino cuando ya salió el arroz de berberechos y pies de cerdo. Que arroz!!. Cremoso y apetitoso, recién hecho, bienoliente y gustoso.

Y ahora si, acabada la ronda y habiendo hecho todas las paradas necesarias y repitiendo alguna, llegamos a la zona final, los postres.

Era finales de Junio, días de verbena así que para conservar la tradición, Juve&Camps ponía su parte líquida: el cava y cubat la sólida: las cocas. Toda las mesas de las sala estaban ocupadas con estos dulces: Coca de Llardons, unas con pistachos y otras con piñones, y coca de Briox, unas con fruta escarchada y otras rellenas de chocolate. Para no desagraviar a ninguna, las probamos todas…

Además de las cocas, también se podía pecar con bombones y con higos con crema. Todo eran tentaciones en las que caímos inevitablemente.

Nos resulta muy difícil valorar los platos. Todos tenían algo especial, todos estaban buenos y las presentaciones eran impecables. No podemos elegir. En nuestro recorrido íbamos de sorpresa en sorpresa todas gratas. Esta IV cena gastromusical de grupo Cubat nos ha acabado de convencer de que la cocina y la dedicación de este equipo tiene un nivel alto. Esta ha sido de momento nuestra primera experiencia en los encuentros gastronómicos que periódicamente van organizando, pero podemos asegurar que no será la última.

Hay dos formas de poder asistir a ellos: pagando el importe del evento, en este caso 60 Euros (no lo veáis como una cena, es mucho más) y pasar allí horas disfrutando o bien teniendo el Pasaporte de la República Cubat completo: se obtiene en cualquiera de los restaurantes del grupo y al visitar cualquiera de ellos te lo sellarán. Completando las 9 visitas a los 9 restaurantes puedes asistir al evento sin pago adicional.

Hemos oído que seguramente para Noviembre harán otro evento, diferente, pero aún está cociéndose. Estaremos alerta para enterarnos lo antes posible y poder informaros porque de verdad que vale muchísimo la pena.