El Sortidor de la Filomena Pagès
Si habéis estado alguna vez en la Plaça del Sortidor de Poble Sec habéis visto este restaurante seguro. Su fachada llama la atención por ser diferente a las construcciones de edificios que la rodean. Sus vidrieras, sus puertas y su estética atrae la vista inevitablemente. De hecho son de 1908 y desde siempre ha sido un local destinado a servir comidas y bebidas.
Por suerte y de forma extraña, esto ha permitido conservar alguna reliquia como su nevera, donde se guardaban los bloques de hielo para abastecer el barrio. Tener esta edad le ha permitido pasar por varias manos. La familia Janiu en los años 40 lo colocó como uno de los mejores sitios de Barcelona para tomar anchoas y vermut de barril y últimamente estaba en manos de una familia italiana que durante un tiempo mantuvo su fama, aunque al final había perdido fuelle.
A principios de años ha habido un cambio de dueños. Ahora Lídia Aymar, Marc Fité y David Sanmartin han tomado las riendas para volver a colocar en su sitio a El Sortidor ahora con el nombre de la abuela de Lídia, Filomena, como homenaje a una mujer luchadora en plena posguerra, como tantas que sufrieron y dieron todo lo que tenían en la posguerra de una forma anónima. Grandes mujeres. Ahora vuelve El Sortidor de la Filomena Pagès
Pero vamos a explicaros en que se aprecia el cambio en su carta. Primero en la oferta en si, ya que retoman la cocina tradicional, algunas de las recetas de toda la vida de cocina catalana. Siempre con un intento de evolución y con la búsqueda de buenos productos. Ofrecen un menú diario por 10,5 Euros que siempre tiene alguna sugerencia con suplemento por si vas más hambriento o aceptas las sugerencias del chef de ese día…algo que siempre debe tenerse en cuenta.
Su carta es sencilla, y en búsqueda el producto fresco que poco a poco van encontrando, como la lechuga que se puede encontrar en sus dos ensaladas: la de antes y la de ahora.
Como veis, siempre la encontraremos fresca!. Las dos ensaladas son una forma divertida de hacer patente como van evolucionando los platos, encontrando en la ensalada de antes primero una presentación en un plato de duralex (desconozco si auténtico de la marca) que a todos nos hace viajar unos años atrás, pimiento, tomate de temporada y tomate en conserva que elaboran ellos mismos junto con el “seitotxo”, un invento de David que personalmente encontré algo extraño en textura, para mi gusto como un boquerón que al poner en vinagre se ha excedido el tiempo necesario, pero bueno de sabor, no estaba nada fuerte, más bien lo contrario. Quizá esa textura es el objetivo del cocinero!.
Y la ensalada de ahora donde se aprecia como las presentaciones y los platos son menos cargados y los aderezos cada vez más extravagantes. Es difícil conseguir agradar al público!. El mismo producto, pero el tomate ya Cherri, y el acompañamiento aliño que busca sorprender.
Espárragos del bosque servidos en un pequeño cubo sirven también como un buen entrante ligero. Muy buena textura. Una presentación original que cambia la forma habitual de comerlos haciendo casi un snack ideal para compartir, ya que pueden ir cogiéndose del cubo para picotear.
Los clásicos que vamos a encontrar son por ejemplo unos huevos rotos, o mejor dicho, unos huevos por romper donde se repite el ingenio de la presentación que además es muy cómoda para romper estos huevos sin demasiado estropicio: un mortero de toda la vida con su maza de madera donde aporrear sin miedo y hacer una buena mezcla. Me gustó mucho esa idea.. y los huevos, como no. Fondo de patatas fritas caseras, y jamón pasado por la sartén.
Berenjenas rellenas de carne con un crujiente de queso. Suerte que estaba encima, por separado y me permitió probar la berenjena. En este caso, creo que le faltaba algo de fuerza. Bien cocinada, pero plana de sabor. Muy bien de tamaño y de cantidad de relleno, era carne, nada de tener que adivinarla. Bastante repleta, hay que reconocerlo. Aún así, bajo mi opinión, habría que darle alguna vuelta más a este plato.
Otro gran clásico de la cocina catalana, habitas con butifarra negra. Servidas en una pequeña sartén que no es en la que se han cocinado donde volvemos al cuidado de la imagen. Un plato seguramente basado en las habas a la catalana, de hecho, seguro que en más de una casa se hacen así, ya que hablamos de la típica receta que se ha ido adaptando a los gustos de cada familia y cada uno la hace de forma diferente. Eran muy tiernas.
Así como las berenjenas no acabaron de convencerme, los mejillones a la marinera los encontré extraordinarios. Una salsa de las que da pena dejar en el plato. Mi enhorabuena por estos mejillones. Imprescindible probarlos.
Algo de fritura, Sonsos. La idea es que los cojamos directamente de su red de pesca. El pescado era muy fresco, pero le falló algo la fritura. No se si falta de harina o falta de temperatura en el aceite provocó que los sonsos estuvieran algo tiernos, algo flojos en textura, faltando algo de crujir en la fritura típica de cualquier “pescaíto frito”. Algo que deben trabajar un poco más o quizá ese día algo falló.
Un pulpo diferente al típico a la brasa o a feira. Por fin, casi se agradece poder tomarlo de forma diferente. En este caso, cocido al vacío con cebolla y patata confitada. Una combinación poco habitual, porque tampoco hablamos de pulpitos encebollados. Correcto muy buena textura y, como comento, fuera de lo habitual. No es fácil cocinar el pulpo y en El Sortidor de la Filomena Pagès lo hicieron bien.
Atún marinado con te de frutos rojos. Original marinado y sabroso!. Una vez más acierto del Chef. Muy jugoso, con algo de fruta y muy suave. Un sabor especial y elegante con la base de un buen producto. Este plato no sería de cocina catalana, pero lleva ya tanto tiempo entre nosotros que casi lo hemos incorporado como tal. Igual que el pulpo, encontramos un formato poco común.
Uno de los reyes más de la cocina de invierno pero que se puede disfrutar todo el año porque tampoco es tan potente sería el fricandó. Vuelta a la presentación específica para este plato en cazuela de barro. Cada uno de una forma diferente, con un ajuar distinto pensado para cada plato. La carne estaba tierna, estaba bien guisada y acompañada de un crujiente de los que sirve para ayudarse a comer.
Y el que parece ser el único postre que hay últimamente, el recuperado y reinventado chocolate con pan y aceite con el toque de diseño. Una merienda nutritiva que tomábamos en la infancia los de cierta edad que pasó al olvido dejando paso a la bollería industrial y etiquetándose de “postre de gente pobre” ahora no eres nadie si no te gusta y si, como restaurante, no lo tienes en tu carta. Pues bienvenido sea, porque está bien bueno y además, resulta un postre de muy poca elaboración. El chocolate, en El Sortidor de la Filomena Pagès era mousse y helado y no de cremoso como en otras ocasiones lo he comido. Yo lo prefiero así, en cremoso, aunque es más contundente, mezcla mejor con el aceite y la sal, ya que su textura es más firme y, en esta época, dura un poco más en el plato para poder disfrutarlo todo el tiempo necesario.
Hay más platillos raciones y tapas en su carta como unas albóndigas con sepia, un bacalao a la miel y algunos arroces que por lo que he oído, los bordan. No lo sé. De mi experiencia, el balance bueno, se vislumbra un muy buen futuro y ya un correcto presente, pero con algún matiz que bajo mi opinión, tiene que ser aún acabado de trabajar. Hay que darles tiempo, nadie nace sabiendo y les queda una ardua tarea para volver a colocar El Sortidor de la Filomena Pagés en su sitio, o en el que debería ser. Solo con unos meses de vida ya empieza a escucharse su nombre. Buena señal, pero no debe servir para relajarse, al contrario. El público barcelonés somos muy exigente con la oferta gastronómica, una signo seguramente del alto nivel que hay.
No seré yo quien le diga a David Sanmartín como hacer su trabajo, estoy segura que poco a poco lo irá puliendo. Es joven, muy joven solo tiene 28 años por lo que tiene un largo recorrido aún. Es arriesgado coger un restaurante que está en decadencia. El esfuerzo ha de ser mayor incluso que si fuera una nueva apertura. Primero, hacer saber que ha habido el cambio, luego que el cambio se note y más allá aún, conseguir que su oferta sea buena y guste para que el boca a boca corra otra vez. Lo primero está en marcha, el cambio en la oferta, por el tipo de comida, va casi ligado a la primera premisa. Pero la tercera es más difícil porque se tarda más en calar en el público. Para eso hay que ir poco a poco: puliendo cosas, adaptándose a la demanda, haciendo incluso algún sacrificio de lo que les gustaría hacer en favor a lo que la gente quiere. Tenemos todos que adaptarnos y para eso, se necesita tiempo.
Sandra
Qué originales las ensaladas, también parecen muy apetecibles las habitas :) Del resto he podido comerlo y coincidimos bastante así que estupendo, habrá que probar ese menú de mediodía, tiene buena pinta!
Baco y Boca
Si, ir al menú sería una buena opción. Las ensaladas estaban muy buenas, y además apetecen tanto ahora con este calor!!!
ricardsampere
Té prou bona pinta.... tot depen del preu... Jo quan és econòmic poso la lupa menys afinada que quan el lloc és car... I quan és molt car, ja vaig amb doble lupa... :)
Baco y Boca
Està bé, però els hi falta una mica de "rodatge" en alguns plats. La intenció és molt bona està clar, només com cuiden la presentació és veu la voluntat d'agradar, però al final és el que hi ha dins el recipient el que compte. La carta, com sempre depèn del que demanis, segons quins plat. Un parell de croquetes són 2,5 Euros, unes braves 3,60... el ficandó són uns 10 Euros els musclos uns 7. Jo crec que a la carta 20-35 Euros per persona de mitja. No és exagerat... Estic d'acord amb tu que el preu marca l'exigència!