Cata sensorial en Mas Pagès: vinos Lalut y violoncelo.
Catas, maridajes o armonías, como se les llama últimamente, hemos hecho muchas. Seguro que vosotros también, pero hoy os hablaremos de una cata diferente, una cata sensorial maridaje de música de violoncelo y vinos Lalut.
Mas Pagès es un pequeño hotel rural en Palamós de solo 5 habitaciones en el que se ha conservado la estructura original, solo haciendo las reformas imprescindibles. Una zona donde poco a poco se va recuperando la actividad vitivinícola, tal y como hicieron Marc y Lut en 2oo2. En este caso El Celler d’En Marc, la bodega de Mas Pagès, es de las pocas que hay en la zona del Baix Empordà, ya que la mayoría de las bodegas de esta DO se encuentran en el Alt Empordà.
Su producción de vinos no es abundante, de hecho elaboran unas 24.000 botellas. Su primera añada fue la de 2015 y algunos de sus vinos Lalut, han conseguido ya algunos premios como el Lalut superior 2015, que fue ganador de la medalla de oro del concurso internacional Wine Challenge en categoría crianza.
Mas Pagès está rodeado de 6 hectáreas de cabernet sauvignon, cabernet franc, viognier y merlot, que si bien no son variedades típicas de la zona, sí son aceptadas por la DO Empordà.
La cata sensorial fue una experiencia “enomusical” guiada por Clara Antúnez de La Gastronómica, llamada Vi de Cello. Consiste en aprender qué diferencia puede haber entre probar un vino antes de escuchar la música; mientras se toca e incluso después de haber acabado la interpretación y analizar los cambios que el vino ha sufrido. Así, estimulamos el cerebro con otro de los sentidos, en este caso, el oído. Las piezas escogidas para la ocasión estaban compuestas para violoncelo e interpretadas en directo.
Empezamos con un preludio, la primera suite de Bach acompañado con Lalut Blanc de Noir. De la pieza musical supimos que no se tocaba en conciertos, ya que Bach las compuso para la práctica de sus estudiantes, hasta que Pau Casals las interpertó en público. Desde entonces son piezas habituales.
El vino, Laut Blanc de Noirs, coupage de un 50% cavernet sauvignon y 50% tempranillo, tiene una tonalidad algo rosada, ya que es inevitable que la uva tinta tiña un poco el blanco. Un vino que en nariz nos recuerda más a frutas de otoño que no a las frescas de verano más típicas.
Continuamos con un vino tinto Lalut superior 2015, monovarietal de cabernet sauvignon con 4 meses de barrica de roble francés. La pieza musical es “Elegía”, una suite de Enric Casals, una pieza que que suele ser triste, pero que en este caso resulta más viva de lo habitual. Un vino carnoso, con un gran color donde los típicos aromas de fruta roja está muy presentes. Aún así, es un vino con algo de frescor. En boca resulta un vino con cuerpo, cierta acidez y algo de tanino que no resulta incómodo.
El último vino es el más alto de su gama: Lalut Magnífico con 9 meses en barrica de roble francés. En este caso es un monovarietal cabernet franc y en él se aprecia el aroma a hierbas mediterráneas como el romero o el tomillo que rodean la viña. También pueden apreciarse chocolates negros, tabaco y canela entre otros matices.
La pieza musical para maridar es el Dialogo de Ligeti, compositor húngaro. Enamorado de una violoncelista, compuso esta pieza que ella nunca llegó a interpretar. Años después el compositor recibió una petición y regaló esta pieza que tampoco pudo tocarse por no pasar el filtro comunista de la época. Treinta y cinco años después, la pieza salió a la luz y se intrepretó en público.
Después de la cata, se abrió un debate de porqué la música altera el vino. Las teorías son varias: algunas dicen que es por la vibración; otras, por una cuestión emocional, (¿nos imaginamos cómo sería “Psicosis” sin música?); y otras que la diferencia de tiempo entre las diferentes catas es suficiente para que la oxidación o la temperatura cambien el sabor del vino.
Cuál de ellas es la correcta no lo sabemos. Probablemente hay un poco de cada una de ellas. Sea como sea, es una experiencia más que recomendable si tienes ganas de experimentar algo diferente.
