Sasha Boom, cocina fusión a golpe de cóctel
Comer o cenar con un cóctel no es una práctica demasiado habitual en el imaginario colectivo de la restauración, al menos en España, pero esta tendencia cada vez va ganando más adeptos y en muchos restaurantes ya podemos ver cómo los combinados se abren paso entre la comida y no se relegan al final de la misma. Para ello es prioritario que las mezclas no sólo mariden bien con los sabores de los platos, sino que consigan potenciarlos.
Eso es lo que ocurre en Sasha Boom, el segundo restaurante del empresario hostelero François Poplawsky, que ha vuelto a revalidar el éxito conseguido con Pink Monkey, con Sasha Boom, un personaje de ficción, que adquiere vida propia, y cuya historia se va desgranando por entregas a través de sus redes sociales.
Los combinados son obra de la barmade Andrea Núñez, que ha conseguido que su carta de tragos se equilibre en importancia, originalidad y calidad con la comida, y no solo por sus interesantes mezclas, también por la puesta en escena. Así, por ejemplo, el cóctel Jurassic, a base de vodka, sirope de sandía y pepino, jengibre, agua de coco y espuma de fruta de la pasión, se presenta en un huevo, tomando como inspiración la mítica película. O “La Santa Muerte”, a base de pisco con jengibre, mezcal, spicy mango y bitter tiki (mezcla tropical de canela, pimienta de Jamaica y especias) adquiere forma en un vaso con forma de calavera. Así hasta un total de 8 mezclas explosivas de sabores idóneas para abrir el apetito o terminar cualquier comida o cena de una forma redonda.
Si los combinados son especiales, la comida no lo es menos. Bajo la filosofía del “Asian craft food”, platos elaborados al momento, de forma artesanal y a la vista del público, Sasha Boom desarrolla un concepto de cocina fusión en el que su base de cocina asiática se mezcla con los sabores peruanos, mediterráneos y de Oriente Medio. Periódicamente, el restaurante cambia su carta, ocasión que hemos aprovechado para visitarlo y poder explorar los nuevos sabores llegados de la mano de su chef, Luis de los Ríos, quien sustituyó a Jaime Ranedo al frente de los fogones del grupo Asiana. De los Ríos cuenta con una amplia trayectoria, no sólo en su país, donde ha participado en interesantes proyectos gastronómicos, sino también en España. Aquí se ha formado con uno de los gurús de la cocina peruana, Gastón Acurio, con quien trabajó durante 4 años en Tanta, considerado hasta su cierre en el templo de la gastronomía peruana.
Los orígenes del chef tienen un gran influjo en su cocina y se trasladan a cada una de las elaboraciones donde introduce pequeños “toques” de autor que le hacen sentirse más cerca de su país. En sus fogones se elaboran platos orientales reinterpretados con mucha técnica y una exquisita meticulosidad que recuerda a la de un orfebre. Como el pulpo al fuego con marinado de anticucho, salsa de huacatay y alioli de aceitunas Kalamata.
La carta de Sasha Boom contiene una veintena de platos llenos de imaginación, sabor y raíces, pensados en su mayoría para compartir e, incluso, para comer con las manos. Como los mejillones Nam Jim con leche de tigre de ají amarillo, rocotto y cebolla crujiente o el kimuchi de zamburiña con lima y salsa kimchi.
Los ceviches tienen un gran peso en la carta. Así encontramos el clásico de corvina, el de salmón con leche de cilantro y albahaca o el ceviche de mariscos (ceviche, pulpo y langostinos), cualquier de ellos imprescindibles en la comanda. Su carta, con un punto de sofisticación, no pierde el punto canalla de street food con el que se identifica su partener Pink Monkey y que también se traslada a los postres. De hecho, uno de sus básicos son los picarones (buñuelos), uno de los postres más representativos de la gastronomía peruana y que generalmente se adquieren en puestos callejeros.
Sasha Boom es una apuesta segura para quienes quieran experimentar sabores exóticos y disfrutar de diferentes culturas en un mismo plato, en un ambiente íntimo con un punto de sofisticación.
