Ceviche 103 celebró un 4 manos Perú y Brasil. Una fórmula que últimamente ponen en marcha algunos chefs en la que se combinan las elaboraciones de cada uno de ellos en un menú especial. No es la primera vez que en este restaurante peruano realizan un evento de este tipo.

En esta ocasión fueron los chefs Roberto Sihuay del mismo Ceviche 103 y Joao Alcántara de Alquimia FOgO los que conjugaron sus platos. Roberto Sihuay se encargó lógicamente de los platos típicos de la gastronomía peruana y Joao Alcántara, de los de Brasil. Un menú en el que no faltaron los ceviches, el pao de queijo, la papa morada o la feijoada.

El recibimiento no podía ser de otra forma que con un pisco Sour, el cóctel peruano por excelencia. Una bebida con la que empezamos a calentar motores y que puede servir para acompañar la comida.  Y empezamos con un plato típico brasileño aunque con un formato diferente al que en un principio podemos imaginar al leer su nombre, un chupito de feijoada y croqueta.

Ni la feijoada la vamos a comer con cuchara ni la croqueta está frita. Ya tuvimos la suerte de probar este plato en nuestra visita a Alquimia FOgO por lo que no nos resultó tan sorprendente como la primera vez en lo que a su aspecto se refiere. Su sabor no ensució lo más mínimo el recuerdo que guardábamos. La croqueta es un sorbete de cítricos que se toma después para desengrasar. Una exótica combinación.

Seguimos con otro chupito, pero esta vez de leche de tigre afrodisíaca y jalea de mariscos. En este caso, la bebida era más ligera y la combinación diferente, ya que servía más para mojar el marisco, frito y con un crujiente rebozado.

 

Después de los dos entrantes, llegan platos algo más contundentes. Papa morada rellena con cecina y sarza criolla; huancaína y Salpicao. La mezcla de las dos cocinas se plasma en este plato, ya que la papa morada es un producto identidad del país andino y la salsa huancaína casi siempre la acompaña. Lo mismo sucede con el Salpicao respecto a Brasil. Los dos elaborados con un toque creativo que seguro que lo diferenciaba del que tomaríamos en cualquier casa de allí.

El menú 4 manos Perú y Brasil va combinando platos de cada uno de los chefs. Se apreció también en la Moqueca de Bacalhau y en el Escabeche de Gamba Roja con puré de boniato. El pescado  aquí toma el relevo a los entrantes que se han elaborado para esta cena. El bacalao terso y sabroso y para mi paladar, perfecto. Acompañado con una salsa de tinta y unas tiras de puerro para darle algo de textura crujiente. El escabeche de gamba roja fue un plato elegante, una combinación vistosa que casaba bien. Dos buenas elaboraciones.

Limpiamos un poco el paladar con un par de chupitos antes de pasar a los siguientes platos. Primero, y contrariamente a lo que esperábamos, llega la costilla de cerdo ibérico ahumada con pao de queijo. Un plato que, igual que el salpicao, ya habíamos tenido la suerte de probar. La carne muy melosa, nos hizo pensar porqué se sirvió antes del ceviche. Estamos habituados a tomar el pescado antes de la carne y nos llamó la atención que se invirtiera el orden habitual, así que preguntamos porqué. La respuesta tiene su lógica: la costilla es un plato más grasiento que el ceviche y éste, al servirlo después, ayudaba a limpiar el paladar. La verdad es que así fue. El ceviche clásico que nos llegó después entró fácil y agradecidamente.

Volvemos a repetir el postre de Joao con su huerto cítrico, pero tomamos uno nuevo, el de Roberto. Un Quintim con espuma de maracuyá y pecanas garrapiñadas. Ninguno de los dos, por suerte, resultó pesado.

El 4 manos Perú y Brasil fue una cena más que completa en la que mezclamos sabores, chefs y países. Viajar con el paladar es una de las grandes oportunidades que tenemos al visitar un restaurante especializado en comida de otros países. Si le sumamos que los chefs son nativos, se gana mucho. Y si, además, se juntan para un evento único de este tipo en el que el viaje se hace más extenso en una misma noche, es una oportunidad que no se debe dejar pasar.

Nuestra experiencia en el gastronómico de Alquimia FOgO: