¿A qué sabe San Isidro? Propuestas para extraer todo el sabor al patrón de Madrid
San Isidro suena a chotis y a organillo, huele a entresijos y claveles, se deja ver en chulapos y mantones de manila. Pero, ¿te has preguntado a qué sabe San Isidro? No hace falta que lo pienses porque te contamos todas las propuestas que los restaurantes y obradores de la capital han preparado para honrar este año al patrón de la Corte y de la Villa.
Cada año, Madrid se sumerge por estas fechas en una celebración fervorosa en honor a su patrón, San Isidro Labrador. Pero más allá de las manifestaciones religiosas y de las tradiciones paganas que durante estos días impregnan los rincones más castizos de la capital, San Isidro es un festín para los sentidos.
Sobre todo, para el gusto, un sentido que bien sabemos todos los lectores de este blog que es el más agradecido de todos (y el que más afinado tenemos).
II Semana de la Carne de Bravo
La festividad de San Isidro no se concibe sin chotis, sin chulapos y si toros. La popular Plaza de las Ventas acoge durante este mes los lances y faenas de los mejores diestros y para dar salida a tamaños morlacos, desde el 15 al 21 de mayo, más de 30 restaurantes de la capital ofrecerán un fuera de carta con una receta de carne de bravo de ganaderías madrileñas. Una sabrosa forma de acercar la versatilidad y el sabor de esta sabrosa carne más allá del ruedo.
Durante la II Semana de la Carne de Bravo se podrán degustar desde las opciones más clásicas como el lomo de toro bravo con hierbas del campo y setas de El Qüenco de Pepa, a otras más arriesgadas como el tataki de lidia con salsa nikkei y rábano picante de Taramara, pasando por una adaptación a paladares más jóvenes con la burguer de bravo con salsa picante de Coquetto y otras con acompañamiento como el arroz seco al carbón con lomo de lidia que ha preparado el restaurante Terraza Puerta Sol.
Si hablamos de autenticidad y tradición, en el plato de cualquier madrileño de pro no debería faltar cualquier producto de casquería, con los entresijos y las gallinejas a la cabeza, unos populares ¿manjares? no aptos para todos los paladares.
La casquería se rinde a San Isidro
Lo que sí es apto para todos los gustos es la reinterpretación de los callos a la madrileña que han preparado en La Raquetista de la Habana para la ocasión y que versionan con callos, patas y morros. O la cazuela madrileña compuesta por callos, tocino, morcilla, manitas y careta de cerdo que sirven en el centenario restaurante La Rayúa para deleite de locales y foráneos.
Para paladares más refinados no nos olvidamos de los famosos callos de Zalacaín, cocinados con ingredientes selectos y tiempo, exactamente dos días, el tiempo que tardan en cocinarlos. O de La Tasquería de Javi Estévez donde la casquería se eleva a la alta cocina con una vuelta de tuerca vanguardista.
Coctelería de altura
Si después de este suculento banquete carnívoro te entra sed, en Papagena, el restaurante situado en la sexta planta del Teatro Real, ha ideado un cóctel especial, inspirado en una de las bebidas típicas de San Isidro, la limonada.
El restaurante reinterpreta este clásico y lo eleva con creatividad, destreza y pasión por el arte de la mixología combinando vodka, puré de frambuesa, zumo de manzana, zumo de lima, azúcar, puré de maracuyá y soda.
Las rosquillas del Santo
En el capítulo de postres aquí la oferta es amplia en obradores, aunque reducida en opciones, siendo las rosquillas del santo el dulce por antonomasia. Las más tradicionales son las tontas, las listas y las de Santa Clara.
Las dos primeras, aunque su nombre pueda generar confusión, no tienen nada que ver con la virtud de la inteligencia, sino con la “dificultad” al prepararlas. Las tontas no llevan cobertura, las listas están cubiertas con un glaseado de azúcar y, las de Santa Clara, se las recubre de merengue.
Para encontrar las mejores de 2024 deberás acercarte hasta Usera, conocido como el Chinatown de la capital madrileña. Se elaboran en la pastelería Cercadillo y para este año han elaborado más de 6 millones de ejemplares.
En la pastelería Turris amplían la selección con nuevos sabores, como el chocolate y el limón, que complementan a las versiones más tradicionales. Si las buscas sin gluten podrás encontrarlas en La Oriental, donde además de este dulce ofrecen otros tradicionales adaptados para celiacos, intolerantes y diabéticos.
¡Chipén!