Alvart Restaurant, el producto tratado con respeto
Alvart Restaurant, donde la cocina es la servidora
Alvart Restaurant es uno de aquellos restaurantes donde la cocina está al servicio del producto. Y con eso no quiero decir que no sea de calidad, sino más bien todo lo contrario. Creo que la técnica necesaria para encontrar ese punto justo que realce el ingrediente o saber cómo cocinarlo sin agresividad, es mucho más difícil. Quizá no sea así, realmente es hablar sin el conocimiento suficiente. Este es el que tienen que tener los chefs, y yo, no lo soy.
Uno de esos Chefs es Alvar Ayuso. Pese a su juventud, demuestra con sus elaboraciones que es totalmente consciente de lo que cocina y que domina a la perfección la cocción idónea para aquel producto fresco que después servirá en tu mesa. No hay lugar para improvisaciones. En Alvart nada se deja al azar, por lo menos, en lo que a cocina concierne.
Había oído hablar de las andanzas de Alvar Ayuso: diferentes reconocimientos, premios y participación en algún concurso específico como la San Pellegrino Young Chef o El Cocinero del Año, iban calando poco a poco y provocó que siguiera su carrera de cerca y, por supuesto, anotar Alvart Restaurant en la lista de los pendientes.
Casi pasó un año más sin cumplir el propósito de ir a visitarlo, pero rozando el límite, el penúltimo día del año 2016, por fin encontramos hueco para ir a cenar. Justo antes de acabar el año y justo antes de que cerrara por reformas durante todo el mes de Enero.
Alvart Restaurant está en el Eixample, en la calle Aribau. Un local no excesivamente grande del que no daré ningún detalle teniendo en cuenta que con su reforma será diferente al que nosotros visitamos.
Lo que no creo que cambie es su cocina, o por lo menos, es lo que no me gustaría que pasara. Una cocina equilibrada, sabrosa fruto de sus inicios en Rotterdam y su paso por lugares como Hoffman, Saüc, Bras o Gaig entre otros.
Tomamos un menú nocturno, una fórmula que no se si seguirá vigente después de su reapertura. Un primero, un segundo y un postre a elegir entre dos opciones en cada uno de los pases era el formato. Particularmente, me pareció muy acertado, más aún para cenar, tanto por el tiempo en que se le dedica a la cena como por la cantidad. Y si tenemos en cuenta la fecha, no podía haberse dado una oferta mejor.
De primero elegí Cogollos asados con salsa holandesa de marisco. La sencillez del ingrediente principal y la originalidad de servir los cogollos asados fue lo que me hizo decidirme por él. La otra opción, era huevo a baja temperatura con tubérculos. Cualquiera de las dos era buena opción, era más una cuestión de gustos. Los cogollos asados fue un lato agradable, equilibrado y sabroso.
Los segundos eran Corvina con Trinxat o Canelones de carn d’olla. Me decanté por el pescado que resultó ser una buena pieza de corvina marcada a la plancha acompañada de una acertada guanición. Los canelones, que pude probar de uno de mis acompañantes eran muy sabrosos. Nada de bechamel, de buen tamaño y bien rellenos. Una vez más, se creaba duda entre cuál era mejor.