Antigua
En una esquina de Marià Cubí con Dènia, encontramos una fachada fea, insulsa, que pasa totalmente desapercibida, pero que esconde un rincón gastronómico bastante aceptable: El Antigua. Hacía mucho tiempo que tenía pendiente la visita, había leído buenas críticas, los platos eran sugerentes, y no había encontrado aún fecha. Pero ya además con una opinión para mi de referencia de IT BCN Lifestyle con quién había comentado este restaurante, compré una promoción y así dejaba de lado cualquier excusa.
Las botellas de vino del escaparate le dan más apariencia de bodega que de restaurante, pero al traspasar la puerta, entras en un local cálido, de luz tenue, romántico y decorado con mucho gusto.
Interior Antigua
Mesas bien vestidas, de servicio completo, con lamparas que iluminan los platos que serán degustados. Grandes jarrones de flores secas rompen con los tonos ocres del restaurante. Sillas de mimbre, y el espacio bien aprovechado combinando mesas cuadradas, rectangulares y redondas.
Interior Antigua
Nos recibe Gonzalo, con quién ya había contactado por correo electrónico, confirmando la amabilidad que ya me había demostrado al gestionar la reserva, adaptándose en todo momento a mi necesidad en fecha y hora, y haciendo algún malavarismo que otro para que pudiera ir a su casa a probar el menú degustación que tenía pendiente de canjear. En seguida nos coloca en una encantadora mesa en un rincón, y como bienvenida, nos obsequia con dos copas de cava fresco acompañado de un cubo de zinc lleno de chips de verduras y pequeño bol de all i oli en su punto para avisar a nuestro estómago de lo que en breve, iba a recibir. Mientras íbamos picando el aperitivo, miramos la carta de vinos y analizando el menú que íbamos a tomar, nos decantamos por un tinto, un clásico ya habitual en nuestra lista que nos garantiza no correr riesgos: Remelluri, Reserva 2007. Y como era de esperar, el novio ideal para el menú.
El menú se componía de tres platos y dos postres. Sinceramente, esperábamos menos cantidad en cada uno de ellos, los platos en los menús degustación no suelen ser voluminosos precisamente por ser más numerosos. Pero en este caso erramos, las raciones eran espléndidas. Empezamos con Ventresca de Bonito del Norte (Conservas Serrats), tomates de pagès en texturas, cebolleta tierna y verdes servidos en lata con oliva arbequina, primera prensada. Si, un nombre largo, pero es que todo estaba!. La ventresca estaba servida en lascas grandes, que tenías que cortar para poder entrar el bocado!. Puede parecer que al ser ensalada es algo ligero, pero el plato era completísimo.
Ventresca de Bonito del Norte (Conservas Serrats), tomates de pagès en texturas, cebolleta tierna y verdes
Permanecíamos expectantes a lo que venía a continuación, un segundo contundente: Huevo de corral 3 minutos, Patatas Paja, cebolla confitada, jamón ibérico y trufa negra, Tuber Melanosporum de Sarrión, Teruel, rallada al momento. Una vez más, un nombre extenso pero que era totalmente fiel a lo que había en el plato. Gonzalo, como buen anfritión, hace los honores de rallar en tu propia mesa la trufa, que en esta ocasión no era la indicada, pues al ser verano la trufa fue la Tuber Aestivum, aprovechando así el producto de temporada, no por ello menos exquisito.
Huevos de corral 3 minutos con ralladura de Tuber Aestivum
A continuación, la mixtura de todos los ingredientes para que se integren, se unan…
Mezcla de ingredientes
…Que delicia!. Los huevos rotos estaban buenísimos, una gran mezcla de sabores y aromas. El plato lo acaban de rematar las patatas. Rozando la perfección: hechas por ellos, con el corte uniforme, la fritura en la temperatura ideal, y el truco para conseguir esa textura crujientísima: se dejan escurrir en papel de estraza en un lugar con corriente de aire para que pierdan todo el exceso de grasa. Pocas patatas he comido como esas: tremendas.
Emplatado de huevos de corral 3 minutos
Después del aperitivo, la ensalada, los huevos ya estábamos bastante satisfechos… pero aún nos quedaba uno de los platos que con más impaciencia esperaba: la hamburguesa de filete Angus rellena de Brie de Maux y nueces caramelizadas sobre cebolla confitada, manzana asada rellena de torta del Casar, esencias de tartufo y su fondo perfumado a Pedro Ximénez. Si, una vez más, un larguísimo nombre que describe todos los matices de esta gran hamburguesa.
Hamburguesa de filete Angus rellena de Brie de Maux y nueces caramelizadas sobre cebolla confitada, manzana asada rellena de torta del Casar, esencias de tartufo y su fondo perfumado a Pedro Ximénez
Y os preguntaréis si os habéis fijado en el nombre, que pasó con mi problema con el queso?. Pues tuvieron la deferencia de adaptarla a mi gusto y dejar de lado uno de los ingredientes que seguramente le da ese toque de distinción, pero que en mi caso debía obviar. Al hacer la reserva comenté si existía la posibilidad de cambiar ese plato, pero enseguida me dieron la opción de cocinarlo sin el queso para que pudiera disfrutar de él.
Y no sabéis como lo agradecí!!. No soy muy carnivora, pero debo reconocer que esta hamburguesa era un manjar. Cocinada al punto más según nuestra demanda, la reducción de Pedro Ximenez, la manzana al horno… una vez más esa combinación de dulce y salado que sirve para potenciar los sabores. Buenísima, una espléndida ración que costaba acabar, pero era imposible dejar algo en el plato: por placer y por respeto. Sería imperdonable!
Estábamos saciadísimos y aún quedaban los postres!. No renunciamos a ellos, lógicamente. Siempre queda un hueco aunque creamos que no. Teníamos dos postres en el menú totalmente distintos que nos recomendaron tomar en cierto orden: Primero el Coulant de chocolate caliente Guanaja y suave Mousse de mango.
Coulant de chocolate caliente Guanaja y suave Mousse de mango
La Mousse de mango era más bien una sopa y el aspecto dejaba ver que seguro pasaría la prueba de fuego, de hecho ya se apreciaba parte del chocolate deshecho en el plato. Al hincar el cubierto, el chocolate caliente empezó a derramar para mezclarse con el mango.
Detalle coulant de chocolate y mousse de mango
Un manjar, una exquisitez. Su punto de dulzor, el mango, el chocolate caliente y el sólido creaban la perfecta comunión! Que delicia!! El segundo postre, segundo en orden porque son servidos al mismo tiempo era una refrescante sopa de Maracuyá, esponjoso bizcocho de nuez Tonca amazónica y vaporosa Quenel de suave Mascarpone. Los postres con mascarpone sí suelo probarlos, pues está bastante enmascarado con el azúcar y es casi un yogur, así que si realmente no sabe a queso, no me privo de ello.
Sopa de Maracuyá, esponjoso bizcocho de nuez Tonca amazónica y vaporosa Quenel de suave Mascarpone.
Menos mal que hicimos caso de las indicaciones de tomar primero el coulant. Si hubiéramos tomado primero este postre el coulant no hubiéramos podido saborearlo. El bizcocho y el mascarpone estaban muy suaves, per la sopa de maracuyá era una explosión de sabor!!. No me esperaba un sabor tan intenso, suerte que al tomarlo todo junto se compensaban. Para mi gusto demasiado ácido, pero hay que probarlo porque es sorprendente.
Después de todo este derroche, no podíamos más. La cantidad de comida fue tremenda, diría que demasiado para una cena, pero no fue motivo para dejar nada en los platos. La elaboración, la presentación, la comida en sí y el trato de Gonzalo y del resto del servicio nos regaló una noche estupenda, cumpliendo expectativas y fichando a Antigua como un fijo a recomendar. Un restaurante ideal para ir en pareja, o en grupo reducido de amigos. La decoración y el ambiente invita a pasar una velada tranquila, disfrutando de una buena cocina y ambiente. Como sugerencia, para mi gusto, en la parte de la entrada las mesas están demasiado juntas. Quizá prescindir de una de ellas mejoraría la intimidad, pero como siempre, es una opinión!!!
Sandra Pavón
Mmmmmm qué recuerdos! Doy fe de que está todo exquisito y de que terminas muy lleno! También comparto que el maracuyá es especialmente ácido! Muchas gracias por la mención! ;)
Baco y Boca
Gracias a ti!!.