Chipén, el vermú moderno en Madrid
Bien sea por la feroz competencia que sufren los hoteles debido al turismo vacacional o porque todas las tendencias neoyorkinas acaban implantándose en el resto del planeta, los hoteles viven una auténtica revolución que permite al común de los mortales acceder a alguno de los espacios que hasta hace pocos años únicamente estaban reservados para los huéspedes.
Primero fueron las exclusivas terrazas, esas que con o sin piscina permitían otear la fisonomía de las ciudades desde una perspectiva nunca vista hasta entonces. Después sus singulares restaurantes, sus espectaculares cafeterías y hasta sus cuidados spas. Desde hace poco tiempo, los lobbys de los hoteles están viviendo una auténtica reconversión. Es el caso del Mercure Madrid Plaza de España, un hotel recientemente reformado cuyo resultado es un espacio cuidado y acogedor que busca entrar en simbiosis con el barrio. Ésta es la nueva filosofía de la cadena AccorHotels, integrarse en los barrios donde se ubican y conectar con el vecindario.
Así, este hotel ubicado en pleno Barrio de las Letras, un conglomerado de cultura, gastronomía, ocio nocturno y shopping, ha reconvertido su lobby en una vermutería, Chipén. Porque no hay nada más castizo que el vermú, una bebida que en los últimos tiempos está viviendo una innegable revolución ganándose el título de “el trago de moda”.
Y fiel a su nombre, en esta vermutería todo es estupendo, que es exactamente lo que significa chipén en la jerga castiza. Aquí encontramos más de 60 referencias de bodegas francesas, italianas y, por supuesto, españolas, con nombres procedentes de las zonas productoras con mayor solera. Y en este contexto no puede faltar Reus, considerada la cuna del vermú, donde incluso hay un museo dedicado a esta variedad de vino especiado. En Chipén lo sirven bien frío y acompañado de aceitunas y kumquat, una mini naranja procedente de China, mucho más dulce que la española y que puede comerse íntegramente, una vez acabado el vermú.
La carta de comidas, como no podía ser de otra manera, también se encuentra a la altura de esta vermutería que lleva lo castizo por bandera. En la barra del bar encontramos un mostrador que hace las veces de colmado y que supone una apuesta por el producto de calidad: conservas y laterío fino, hortalizas de la huerta y una cuidadísima selección de quesos y embutidos de marcas premium que harán las delicias de los paladares más exigentes. Resulta embriagadora la tabla de quesos servida con miel de trufa, una opción realmente recomendable tanto para los mieladictos como para los que no lo son.
La gastronomía madrileña del siglo XXI es el hilo conductor de una carta en la que se fusionan los platos tradicionales, pero actualizados, y con ciertos guiños viajeros. Sus ideólogos son Javier Bello y Ángel Risueño, responsables de F&B (Food & Beverage) de AccorHotels España y Portugal y F&B de Mercure Madrid Plaza de España, respectivamente. Así, entre sus propuestas encontramos los callos a la madrileña estilo nikkei, la oreja guisada con chipotle, la carrillera ibérica estofada con salsa bourbon o los tirabeques Chipén. Pero la especialidad de la casa son los bocatas de albóndigas (de ternera, pollo o cerdo) con diferentes toppings y servidos en pan cebra, una variedad especial que elabora artesanalmente y en exclusiva para Chipén un pequeño obrador de Toledo.
Para continuar la diversión, cada propuesta lleva asociada una pieza de vajilla diferente: cajitas de madera, tablas, morteros tradicionales mexicanos para el guacamole casero, platos en forma de concha para las tapas marineras, cazuelitas para los guisos…
Una experiencia más que recomendable para disfrutar del vermú… y lo que surja. ¿Vermuteamos? Chipén.