El Jardín del Alma, el oasis de Barcelona.
Hay lugares en Barcelona que, aún estando en pleno bullicio del centro de la ciudad, cuando entras en ellos parece que te desplaces kilómetros. Visitar algunas terrazas, algunos rincones o incluso algunos parques puede ayudarnos a desintoxicarnos durante unas horas del tráfico y el gentío de Barcelona. El Jardín del Alma, del Hotel Alma de Barcelona es uno de esos vergeles entre el hormigón en los que vale la pena entrar para disfrutar de su entorno y, además de una buena cocina.
El hotel cercano a Paseo de Gracia es sobrio y elegante. Lo conocíamos, por haber degustado su brunch hace unos años y su propuesta informal de tapeo en el mismo jardín. Y también por tenerlo siempre en mente como alto en el camino cualquier mañana o tarde, aunque solo sea para tomar un café. Aún estando al aire libre, su toldo permite sentirse relativamente fresco en los días más calurosos de verano, convirtiéndose en una terraza única.
Actualmente, Gio Esteve es quién lidera la oferta gastronómica del restaurante de El Jardín del Alma. Allí demuestra lo que su paso por otros restaurantes como el Bravo 24 o Velódromo ha ido recaudando en conocimiento. Como cualquier establecimiento y chef que se precie, el producto de temporada es el gran qué imprescindible que debe estar en cualquier carta que sea atractiva y busque un público que aprecie un buen plato. A partir de ahí, la creatividad de cada uno hará que esos platos sean más o menos equilibrados y sabrosos, sin perder nunca de vista la demanda que existe por parte del comensal de dejarse sorprender.
Gio Esteve pone en marcha su imaginación, aunque en se aprecia en la carta y en el menú degustación que es la justa y necesaria para realzar y no enmascarar. Seguramente es parte de su encanto y, porque no decirlo, de su éxito. En el menú degustación El Jardín del Alma contempla una equilibrada propuesta de 6 platos incluyendo el postre y un pequeño aperitivo para amenizar la espera.
Una sopa fría como su excepcional salmorejo, una crema fina y sabrosa que se posiciona como de los mejores de Barcelona, dan paso a ensaladas en las que se mezclan, pescados marinados y brotes o verduras escalivadas que sirven para continuar con una comida ligera y refrescante. Un tercer entrante, berenjena asada con papada ibérica y praliné de piñones (exquisita) parece tener la función de pequeño puente para llegar a los platos caliente o principales.
Primero, un bacalao confitado con romesco y espinacas salteadas que encontré en su punto exacto de cocción. Las lascas diferenciadas, y separadas, solo precisaban de una pequeña ayuda para caer, conservando toda su textura gelatinosa. El siguiente plato, un picantón, no tenía nada que envidiar. Asado, con un toque al limón y acompañado de céleri glaseado, demuestra la versatilidad de sus fuegos.
El menú se completa con un postre donde se mezcla la fruta con un clásico y al que resulta muy difícil resistirse. Llamado Chocopasión, un ganaché de chocolate y un sorbete de fruta de la pasión son la cantidad perfecta para no cargar el paladar y redondear una buena comida. Como curiosidad, la tierra de pimienta sobre la que se sirven aporta un curioso picante nada molesto que le da un toque de sofisticación.
Un servicio impecable y profesional se muestra pendiente pero no invasivo a cualquier necesidad que puedas tener para estar más cómodo, incluyendo la presentación de los platos, de los ingredientes y disponibilidad total ante cualquiera que esté sentado en sus mesas.
El Jardín del Alma permite disfrutar de una comida más formal, como fue nuestro caso o de una cena a la luz de las velas. Pero no solo eso. Entre las 13 y las 22.45 sus puertas están abiertas para que a media tarde o incluso para un picoteo, pienses en ellos. Sus tapas creativas o las sugerencias del Chef incluyen croquetas de pollo de corral, patatas bravas o bocadillos muy especiales con la misma categoría que el hotel: Gran Lujo.
El Jardín del Alma es de aquellos sitios que deben estar en cualquier lista cuando buscas lugares para reuniones, citas o momentos que necesiten de cierta discreción e intimidad. Su menú degustación, con un precio de 39 € luce su cocina. Atraviesa la recepción con paso firme, no te arrepentirás.