Endivias al horno.
Si estuviéramos haciendo el test de asociación de palabras y nos dijeran “Endivias”, seguro que casi todos diríamos: “Roquefort” . Es como el nombre y el apellido. Pero la endivia (o endibia, las dos son válidas) da para más. Supongo que el hecho de que el Roquefort no sea una opción para mi, ha provocado que busque otras formas de cocinar esta hortaliza. Una de las posibilidades que tenía y que se ha convertido ya en un plato fijo para hacer de vez en cuando es horneándolas. A partir de aquí hay múltiples combinaciones, sobre todo si coméis queso, pues muchísimas recetas incluyen el gratinado: con jamón, con bacon, con bechamel. No puedo opinar cómo quedan gratinadas, pero cocinándolas al horno, sin más, me resultan sorprendentemente sabrosas y, como todas las verduras, mucho más digestivas que crudas. Tienen un punto en el sabor que me recuerda a las alcachofas y puede ser alternativa a una escalivada clásica, dándo un toque diferente a la de pimiento, berenjena y cebolla.
Os explico cómo las hago yo en el horno, es muy simple. Luego las opciones para añadir “toppings” ya será vuestra.
Precalentamos el horno a 180 grados, arriba y abajo. Mientras, despues de lavarlas, las partimos por la mitad, a lo largo y las ponemos en la bandeja, que habremos untado con un poco de aceite en el fondo. Las salamos y les echamos un chorreoncito de aceite. Como sugerencia, vuelvo a recurrir a un sazonador para potenciar el sabor: media pastilla o una cucharadita mezclada con el aceite es suficiente para unas 4 endivias, solo es para darles un toque. Rociandolas con esta mezcla las dejará más sabrosas.
Endivias preparadas para el horno
Cuando el horno ya haya cogido la temperatura, hornearlas durante 30 minutos. Ese es el tiempo utilizado pero ojo, el horno con aire. Si lo hacéis sin, tenedlo en cuenta para dejarlas unos minutos más. De todas formas, os recomiendo que vayáis echando un ojo por si os gustan más o menos hechas. En la parte central en el tronco es donde podéis ver que consistencia tienen. Con este tiempo, justo en esa zona quedan un poco duras, más “al dente” y las hojas más hechas. A partir de ahí, como siempre, vuestro gusto y creatividad!!
Endivias horneadas
Aquí se abren muchas posibilidades: usarlas como primer plato, como segundo, como guarnición… dependiendo de lo que le añadáis así las podréis utilizar!: yo las he horneado en otras ocasiones con un poco de ajo picado, las he tomado con anchoas y manzana (la manzana sin hornear), con atún. Tiene muchas posibilidades, incluso como os comentaba antes, añadiéndolas a la escalivada clásica. En esta ocasión las tomé con una salsa de reducción de soja y miel con sésamo, una salsa que descubrí hace poco y sirve para casi todo: carne, fruta…pero me guardo como hacerla para otra entrada 😉
Endivias horneadas con reducción de soja y miel
Es un plato sano y una forma diferente de tomar las endivias a como estamos habituados, por lo menos en mi caso. Mucho más digestivo que en crudo, como os decía antes y muy versátil. Además, las podéis cocinar y congelar, siempre os podrán sacar de un apuro para completar algún plato o para comer algún día que vayáis con prisa, añadiendo alguna lata o alguna salsa… en fin, ya sabéis, innovar y compartir!!!
Bon profit!
Espe
No se me hubiera ocurrido nunca hornearlas... y mira que soy fan de las endibias ;-P Las probaré!