Esencia al Cuadrado, un viaje por el mundo
Somos el resultado de nuestras acciones y no solo de nuestros deseos. Este aforismo bien puede aplicarse a Esencia al Cuadrado, un acogedor restaurante ubicado en el corazón de Madrid, en la Plaza de San Martín, un lugar donde el bullicio da paso a la tranquilidad y donde el tiempo parece haberse detenido.
En medio de tascas centenarias y restaurantes “atrapaturistas”, se abre paso Esencia al Cuadrado, un coqueto local de 500 metros cuadrados con capacidad para 100 comensales, en el que la calidad multiplicada por el vanguardismo dan como resultado una conseguida esencia al cuadrado.
Al frente de este proyecto se encuentra José Antonio Alonso, madrileño aunque ciudadano del mundo. La gastronomía y los viajes (no sabemos bien qué va primero) son sus grandes pasiones, así que, ¿por qué renunciar a una de ellas? Y así, fruto de los viajes de José Antonio por más de 60 países y su anhelo por los fogones, que lo ha mamado desde la infancia gracias a su padre, es como, hace poco menos de un año, ve la luz Esencia al Cuadrado. Su inseparable amigo de la adolescencia, Sergio Belotti, está al frente de los fogones. Ambos se conocieron hace casi 20 años cuando hacían escalada de roca, lo que les ha forjado un carácter de superación, meticulosidad y confianza plena el uno en el otro. Algo que han sabido aplicar muy bien en este proyecto.
Los viajes de ambos se plasman en cada una de las elaboraciones que se sirven, donde solo una cena basta para dar un paseo gastronómico por tres de los cinco continentes: Europa, Asia y América. Cocina fusión en la que ingredientes y recetas tradicionales se mezclan, con gran acierto, con influencias extranjeras. Todos los platos están pensados para compartir, así que experimentar una vuelta al mundo a través de los sabores no resulta complicado.
Así, encontramos platos de inspiración italiana como la ensalada de burrata con tomate marinado y caviar de berenjena, creaciones con reminiscencias asiáticas como el entreverado de cerdo a baja temperatura con salsa sukiyari o el pez mantequilla en anticucho, latinoamericanas como el ceviche de corvina o de Oriente Próximo como las mini tostas de hummus egipcio, kimchi y tapenade.
Este establecimiento es también un refugio de naturaleza en pleno centro y es que ésta se manifiesta no sólo en los productos ecológicos que sirve, sino también en su decoración. Mesas y sillas de madera, plantas colgantes y un imponente jardín vertical liofilizado sumergen a los comensales en una atmósfera de lo más natural.
José Antonio tiene grandes planes para su restaurante, si bien sabe que el camino, como reza la canción, debe recorrerse pasito a pasito. Así que, a corto plazo, quiere crear una granja con productos orgánicos en la zona norte de Madrid que le provea de una materia prima de calidad. A medio plazo proyecta ampliar la carta de vinos que, hasta ahora, es reducida pero segura. Y a largo plazo, aquí viene lo bueno, su objetivo es lograr una estrella Michelín. Pero eso sabe que es una carrera de fondo que se consigue con grandes dosis de calidad, originalidad, perseverancia y un excelente trato al cliente.
La única manera de conseguir un sueño grande es pensar a lo grande. De momento, Esencia al Cuadrado va por la senda adecuada.
Esencia al Cuadrado es uno de los 24 restaurantes madrileños que, junto a otros tantos de Barcelona, han participado recientemente en la Restaurant Lover Week, una iniciativa de Atrápalo cuyo objetivo es acercar la cocina de vanguardia y de calidad a los amantes de la gastronomía y a un precio más reducido que el habitual.