Follia

Mesas barras y cocinas 5 julio, 2013

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Follia

Hacía mucho tiempo que tenía pendiente esta visita y las expectativas muy altas, lo que me hacía temer por la facilidad de salir con una decepción. Pero la mejor forma de salir de dudas era ir y probarlo.

Recomendado por diferentes personas, publicaciones, y programas de televisión , el Follia  es un restaurante situado en Sant Joan Despí, integrante de una asociación llamada Cubat (Cuina Baix Llobregat) que ya conocía de otra visita que hice a uno de los restaurantes que forman parte de este proyecto de promoción de la cocina del Baix Llobregat: El casa nostra en Corbera de Llobregat, del que guardo buen recuerdo.  Cubat está formada por los 9 cocineros de los restaurantes Cal Mingo, Can Rafel, L’Àpat, Casa Nostra, El Mirador, Follia, La Lluna en un Cove, El Racó i Major 36 partidarios de una cocina innovadora y de calidad basada en los productos típicos del Baix Llobregat…pero os dejo su web  que os recomiendo como guía para hacer toda la ruta y centrémonos en el Follia.

Aprovechando la entrada del verano, que coincide en mi caso con una fecha señalada, fuimos al restaurante para celebrar esta ocasión especial. No es un restaurante para cada día, pero si para permitírselo de vez en cuando.

Restaurante Follia

Rotulo follia

Podrías pasar por delante y no identificarlo como restaurante. Es un local con aspecto de una gran casa, de líneas arquitectónicas simple, sin ostentaciones y casi a las afueras de la ciudad. La primera impresión es la de un local decorado con sencillez y buen gusto,  elegante, con toques modernos, sin un detalle más del necesario. El Follia mezcla materiales naturales de piedra y óxido en todo el edificio y está delimitado por  una verja que escribe su nombre. Desde fuera no es visible el comedor, lo que hace que te sientas en total intimidad.

Verja Follia

En la puerta de entrada tenemos un adelanto de lo que nos ofrece este restaurante. Ya se aprecia una fórmula poco convencional en presentar sus platos, sobre todo en la sección del Follia de Pot: una forma diferente  de hacer una incursión más informal  utilizando platillos, tapas y vino por copas que ahora en verano destinan a su terraza exclusivamente a un precio más económico que una comida a la carta. Una forma de conocer su cocina y de disfrutar del fresco de las noches de verano.

follia de pot

Te da la bienvenida un vestíbulo amplio, donde te reciben con amabilidad…

Vestíbulo Follia

Vestíbulo Follia

Una gran estantería que hace de separador con algunas mesas más informales..

Estanteria Follia

Estanteria Follia

Detalle estantería

y un comedor  diáfano, de colores cálidos delimitado por una gran vidriera que deja ver el jardín integrando así el interior y exterior como si de un único espacio se tratase.

Comedor Follia

Comedor Follia

Con mesas todas de la misma medida, grandes, encaradas hacia la terraza, se aprovecha el espacio rectangular y alargado de forma que no crea ninguna sensación de estrechez en el espacio destinado a la comida.

Detalle mesa

Nos acomodan en una de ellas y nos entregan las cartas. Por un lado, ofrecen un menú de temporada que van adaptando a los productos de proximidad, formado por dos primeros, dos segundos y dos postres,  y por otro, la carta, en la que puedes escoger combinaciones de dos, tres o cuatro entrantes, en un formato más pequeño que los platos principales,  y un plato principal más completo. Junto a la carta de comidas, nos presentan una carta de vinos en formato de pantone, una presentación original y completísima con tal oferta que resulta imposible leerla entera.

Carta de vinos

Carta vinos

Nuestra elección es escoger tres entrantes y luego un plato principal, tirando hacia platos de pescado más que de carne, por lo que volvemos al tópico del vino blanco. Esta vez un Petit Chablís de las bodegas Simonnet-Febvre del 2011, de la región de la Borgoña.

Simonnet-Febvre Petit Chablis

Detalle Simonnet febvre Cheblis

Un vino excelente servido en la temperatura exacta de frescor que casará a la perfección con los platos elegidos, aunque pudiera tomarse como aperitivo sin más.Petit chablis

Ya con el vino servido, traen el servicio de pan. Seguramente una hogaza de pan grande era de donde salían las rodajas de pan esponjoso con una corteza crujiente que nos iban sirviendo a medida que se iba acabando.

mesa con pan y vino

Como es habitual en este tipo de restaurantes, mientras que elaboran los platos que hemos elegido y para ir abriendo boca, nos obsequian con dos apertivos a cual más original y exquisito. Primero, un gazpacho con fresones

Gazpacho con fresones

aperitivo gazpacho con fresones

El fresón no era una pieza de fruta, sino más bien una especie de mouse o sorbete, más densa que el gazpacho que provocaba que no se mezclaran al servirlos. Una lágrima dulce que mezclada con el gazpacho, tanto en textura como en sabor lo hacían algo fuera de lo común. A continuación, y antes de los entrantes, nos traen un segundo aperitivo, un bocado de dulce y salado: Bocado de sobrasada, pistacho y miel.

Bocado de sobrasada, miel y pistacho

bocado de sobrasada, miel y pistacho

Ciertamente un bocado, no era necesario más. Aunque pudiera parecer algo tremendamente empalagoso, no era así,  quizá por la medida justa de miel que se compensaba con la sobrasada y el pistacho. Hay que ponerlo todo en la boca, esperar un poco que se caliente la miel y mezclar todos estos sabores.

Empiezan ya a desfilar los 3 entrantes escogidos de la carta. Y empezamos con un atún : un plato presentado en la carta como Atún, patata y germinados, presentado en una losa de pizarra.

Atun, patata y germinados

Atun, patata, germinados

Pequeños tacos de atún crudo marinado, sobre una cama de  parmentier de patata muy suave y con brotes para dar un toque crujiente. El atún era de una gran calidad, jugosísimo. No necesitaba el parmentier para hacerlo digerible, aunque sí para mezclar los sabores, que conjugaban  a la perfección. Exquisito.

Atún, patata y germinados

Atun, patata, germinados detalle

El segundo entrante eran Gnoccis de alcachofa, aprovechando el producto original del Baix Llobregat, la alcachofa del Prat. No pensé en que posiblemente llevara queso, así que  cuando trajeron los platos, los gnoccis llevaban una salsa de parmesano y virutas de este mismo queso que lo adornaban.

Gnoccis de alcachofa con parmesano

Cuando pregunté si era queso y sin haber hecho ningún comentario anterior,  no tuvieron ningún problema en cambiarme el plato rápidamente, adaptándolo a mi gusto y acompañándolo, aunque repitiera, del parmentier de patata que encontramos en el plato anterior. No sé como estarían los Gnoccis con el parmesano, pero el parmentier no le quedaba nada mal…

Gnoccis de alcachofa sin queso

El tercer entrante, una original combinación de sabores y texturas poco imaginable: morcilla, naranja y manzana sobre un pan de frutos secos. Un pan contundente, muy tupido sobre el que se posaba una trozo de morcilla culminado con una crema de manzana y un trozo de naranja amarga que provocaban unos sabores extraños:  por separado se trataba de sabores fuertes, identificables por sí solos y al juntarlos en la boca la mezcla daba el punto exacto de dulzor, amargor y acidez de sus ingredientes, acompañandolo del pan, que también aportaba su grano de arena.

Morcilla, manzana, naranja

Morcilla, manzana, naranja

La creatividad del equipo de esta de cocina se vio plasmada en este entrante, quizá el más original de los tres, incluso por la combinación de colores, en ocres de diferentes tonos donde se confirma que  también comemos con los ojos.

Morcilla, manzana, naranja

Morcilla, manzana, naranja detalle

Los tres entrantes ponían el listón a una altura difícil de superar. Tanto en presentación, sabor, textura y variedad obtenían una nota muy alta. Eran originales y la cantidad suficiente para degustar pero poder seguir comiendo. Ya sabemos que las raciones en este tipo de restaurantes no son las de un plato que nos cocináramos nosotros o que encontremos en un menú, pero debemos ser conscientes de dónde vamos y si queremos buscar  innovación y sorpresa. Aunque debo decir que nunca, por pequeñas que parezcan las raciones, me he quedado con hambre en ningún menú degustación!

Los platos principales que escogimos eran los dos de pescado, aunque muy distintos entre ellos.  Empecemos por el bacalao.

Morro de bacalao con ajos tiernos y judías verdes

Morro de bacalao, ajos y judia verde

Las raciones en los platos principales eran bastante mayores que en los entrantes. Un trozo de morro de bacalao, la parte más noble de este pescado. Un buen lomo, grueso y de carne muy melosa como era de esperar  en el morro. 

Morro de bacalao con ajos tiernos y judías verdes

Morro de bacalao, ajos y judia verde detalle

Reposando en una cama de judias verdes y con una salsa de ajos tiernos, el bacalao resultó ser una buena elección. Realmente buenísimo, no dudéis en pedirlo si sois fans de este pescado.

La otra elección fue un rodaballo cocinado a la plancha con alcachofas, tomates y regaliz. Imaginaos…la regaliz fue decisiva para tomar esta decisión. Había que probarlo.

Rodaballo, alcachofas, tomate y regaliz

Rodaballo, alcachofas, tomate, regalizComo veis, un plato bonito,  por la disposición de sus ingredientes, por los colores, por el orden y por el esmero que se podía apreciar. Pero si solo su presencia llamaba la atención, el sabor se correspondía totalmente con el juego estético: el pescado perfecto, el tomate en su punto, carnoso , las alcachofas tiernas  y las gotas de regaliz, que deben introducirse en cada bocado, eran un deleite para el paladar. Cada gota, porque no era necesario más, daba una frescura al plato inigualable.

Rodaballo, alcachofas, tomate y regaliz

Rodaballo, alcachofas, tomate, regaliz detalle

Realmente me sorprendió muy gratamente como un  pescado a la plancha con una guarnición un poco innovadora puede cambiar, pasando a ser algo fuera de lo común. Suelo escoger los platos que llevan ingredientes poco utilizados en el día a día, (normalmente, cuando hacemos la comida en casa, optamos por cosas más simples, más rápidas) y así  aprovechar  las oportunidades que dan algunos cocineros para probar nuevas técnicas, combinaciones o ingredientes que en principio no están en la lista de recetas.

Ya solo nos quedaban los postres: uno de ellos, fue un plato salado, ya que se trataba de un surtido de quesos: Idiazabal, Manchego curado de cabra, Camembert, y un Roquefort. Una bandeja completa, con quesos de diferentes texturas y paladares , in crescendo si se tomaban en el mismo orden en que estaban servidos, más o menos cremosos y rotundos en sabor. Un plato difícil de decepcionar si sois queseros!

Variedad de quesos

Variedad de quesosTambién el pan servido con los quesos eran dos tipos de tostadas y se completaba el postre con dos mermeladas: de naranja y de trompetas de la muerte.  Estos  acompañamientos sí los probé: las tostadas, unas más clásicas y las otras no eran unas rebanadas de pan propiamente dichas, sino una especie de coca, de oblea pero de pan, de masa de pizza muy fina. Horneado en su punto, muy crujiente y sin especia alguna para no colapsar el paladar.

Pan y mermeladas de naranja y trompetas de la muerte

Acompañamiento pan para queso

El otro acompañamiento era el dulce que mezclado con el queso, debe potenciar  su sabor.  Respecto a las mermeladas, la de naranja, ya la habíamos probado en el entrante de morcilla la de trompetas de la muerte, exquisita, por sabor y por originalidad.

Mermeladas de naranja y trompetas de la muerte

mermeladas naranja y trompetas de la muerte

El otro postre se trataba algo muy apropiado para la época del año: un helado. Pero claro, un helado extraordinario, digno del rocambolesc: Chocolate blanco, piña, anis estrellado. Un helado es fresco de por sí, pero además con piña y el aroma del anis se creaba un postre ligero, aun siendo una buena bola de helado, era muy esponjoso, sin ser un sorbete, estaba a una temperatura justa para que no perdiera nada de sabor.

Chocolate blanco, piña y anís estrellado

chocolate blanco, piña, anís estrelladoEs curioso como, aún siendo chocolate blanco, no era tan dulce como podéis imaginar. En tableta, suele ser para golosos incondicionales, pero en este helado, no os hagáis la idea del mismo sabor que pudiera tener una jícara de chocolate. Muy suave y recomendadísimo!!

Para tomar los cafés decidimos ir a la terraza y disfrutar del sol de primera hora de la tarde. Más que una terraza un jardín que te aisla del resto del mundo como si estuvieras  a kilómetros de distancia de cualquier entorno urbano. Tiene un original mobiliario que, apilado  parece un objeto de decoración. Cuando te fijas puedes ver que son las mesas y las sillas que se sirven en la terraza.

Mesas y sillas de la terraza

mesas y sillas terraza

Tambien posee otro tipo de mobiliario diferente y objetos antiguos siguiendo su línea de decoración simple pero cálida a la vez, creando un ambiente acogedor, haciendote sentir como si estuvieras en tu propia casa.

Junto con el café recibimos el último detalle que era de esperar en este restaurante: chocolate, en forma de mouse, frío, para acompañar en sorbo de café bien hecho, intenso, fuerte, como debe ser.

acompañamiento chocolate para el cafe

En resumen, el temor que manifesté al principio, el de la decepción, se iba desvaneciendo a medida que iba probando cada plato. Una bienvenida al verano única. Las recomendaciones que me habían dado hacían honor a la cocina de Jó Baixas cumplió todas las expectativas hasta el punto de anotar Follia como uno de los restaurantes a visitar cada vez que tenga ocasión. No hay duda, uno de los mejores que he probado. Falta la sección Follia de Pot a la que espero poder hacer una escapada este verano. No lo dudéis, si tenéis algo que celebrar, si queréis homenajearos, daos este capricho. Vale la pena.

Si lo visitáis, no olvidéis decir que lo habéis visto en Baco y Boca 🙂

10 Comments
  1. Sandra

    Perfecto artículo! Muy bien detallado y efectivamente estoy contigo en que La Follia es un grandísimo restaurante, desconocido para muchos y que brinda una de las mejores cocinas que conozco!

    • Lui

      Gracias a tu recomendación!!! Tú me llevaste allí...

  2. Anónimo

    Yo he estado dos o tres veces y nunca decepciona

    • Lui

      Gracias por tu comentario. Yo espero repetir!!

  3. […] Follia […]

  4. […] Garcia de Casa Nostra, Joan Mascaró de El Mirador de Sant Just, Domingo Morilla de Cal Mingo. De Follia ya os hablamos, Casa Nostra lo visitamos antes de tener el blog y con el resto hemos tenido […]

  5. […] Garcia de Casa Nostra, Joan Mascaró de El Mirador de Sant Just, Domingo Morilla de Cal Mingo. De Follia ya os hablamos, Casa Nostra lo visitamos antes de tener el blog y con el resto hemos tenido […]

  6. Cal Mingo | Baco y Boca

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