Fusión asiática y comida callejera: así es Hawker45
Hawker45 es uno de esos restaurantes donde parecen encontrarse las cocinas de diferentes países que, además se amoldan a nuestros ingredientes y sabores. Es ese lugar donde comer un entrante de Korea, un plato de pescado de Filipinas, unas verduras de Thailandia, una plato con carne de Malasia o unos postres de Singapur. Quizá algunas de las elaboraciones que Laila Bazham propone en Hawker45 nos resultarán más familiares, pero otras serán nuevos sabores.
La comida callejera más típica de Asia se mezcla en este local donde una gran barra que protege en cierta forma la cocina a la vista es lo primero que encontramos. Detrás de esa barra no paran, van a buen ritmo y uniforme, algo que se aprecia a la hora de servir.
Laila Bazham, es la chef y copropietaria. Desconocida en Barcelona hasta ahora, se ha formado para la cocina, para lo que le gustaba. De esta forma, dedicarse a ofrecer la mezcla que ella ya lleva en sus genes y traspasarla al plato resultaría más fácil. De madre filipina y padre de Brasil y con 34 años ha trabajado destinos tan dispares como San Sebastián, Manila o Singapur. Hasta los 28 años, se dedicó al mundo financiero, ya que es economista de formación, pero quiso formarse para lo que era su pasión. Lo hizo en el País Vasco y en poco tiempo, su paso por estas ciudades no pasa desapercibido, ya que hablamos de restaurantes como Mugaritz, Robuchon o Anti:Dote, del Hotel Fairmont. Pero le gustó Barcelona a la que define como multicultural, fácil y muy abierta y aquí se quedó para abrir su propio restaurante. En Hawker45, Laia se nutre, inventa, crea y lo cocina para sus clientes.
En la carta se especifica claramente el país de origen del plato y una pequeña descripción que sirve para saber que vas a degustar. A grandes rasgos y como ella misma la define, se trata de la cocina del sudeste asiático con algún toque de sudamérica. Lugares que nos resultan lejanos, exóticos e incluso desconocidos, gastronómicamente hablando. Aún así, como es posible que surjan dudas, el personal permanece atento para darte cualquier explicación adicional. Le gusta la ciudad, la define como multicultural, fácil y muy abierta. Cocina basada sobre todo en el sudeste asiático con algun toque de sudamérica. Así ella se nutre, inventa, crea
Porque, ¿qué sabemos, por ejemplo, de un ceviche filipino?. Hasta antes de visitar Hawker45, poco. O más bien nada. Ahora si que puedo decir que este pescado macerado tiene un sabor diferente al que estamos acostumbrados, pensando sobre todo en el peruano. El kinilaw es el nombre del plato inicial y que Laila Bazham reinventa con atún, pulpa de coco, lima y crema de aguacate. No encontramos nada de maíz ni leche de tigre, sino unas hojas de mezclum que combinan muy bien. Para el Laksa, la sopa tradicional de Singapur, Laila se atreve con el arroz. Al verlo, puede parecer un arroz con marisco. Incluso al probarlo, me atrevo a decir que la chef no ha querido prescindir del sabor al que estamos acostumbrados y, aún llevando crema de coco, casi resulta imperceptible.
Otro de sus platos sorprendente por su sencillez y sabor es el tandoori de zanahorias, especias, pepino, yogur y menta, servido en una pequeña tortilla, y como si fuera un taco, me resulta sorprendente el potencial que se llega a extraer de ingredientes tan cotidianos como cualquier hortaliza. El sabor del tandoori hace de esta propuesta un bocado delicioso. En su sección de carne podemos encontrar un plato originario de Corea, el Kalbi. Se trata de unas costillas de ternera con un toque de picante y servidas con una pasta de arroz con una textura algo chiclosa que resulta muy curiosa y que nos enseña como el tratamiento de un producto tan extendido cambia según la técnica aplicada y el país que lo haga. Costillas de ternera, si, pero servidas de una forma que difícilmente hayas probado antes.
Los postres también salen de lo habitual para nosotros. Uno de los que ofrecen, es muy típico entre los más pequeños de Filipinas, el llamado Dirty Ice Cream, llamado así porque se vende y se come en la calle elaborado con caramelo salado y chicharrones que se mezclan en un brioche. Pero su crema de maracuyá, pastel de plátano con canela y miso no es nada despreciable.
Abierto desde Enero de 2017, en Hawker45 están contentos con su oferta y con su público variopinto. Porque, al entrar, igual encontramos barceloneses haciendo un menú de mediodía, que ofrece como turistas que añoran los sabores de sus países y hacen un alto en el camino para amortiguar la morriña estomacal de los sabores de su país. Su carta es sencilla, no demasiado larga pero muy representativa de lo que a ella le gusta comer y cocinar.