¿Un helado? Las heladerías más sorprendentes de Madrid
Recientemente hemos conocido cuál es el helado más caro del mundo. Cuesta 1.300 € al cambio, se llama Bear Extraordinaire y se vende en un hotel de lujo de Nueva York, el Baccarat Hotel. El helado es de vainilla de Madagascar encapsulado en una bola de chocolate blanco pintado a mano sobre una base de crumble de trufa negra, escamas de chocolate negro y unas hojas de oro y plata comestibles. El lujo no acaba ahí. El helado se sirve en un exclusivo recipiente de cristal y porcelana, con la silueta de un oso como tapa. La pieza está diseñada por el artista español Jaime Hayón y, el comensal, puede llevársela a casa tras degustar tamaña gesta.
Curiosamente y por mucha excentricidad que haya, sabemos que los helados más vendidos son los de vainilla y chocolate. Por lo menos así es en el caso de La Jijonenca que acaba de cumplir 50 años. Si bien los sabores y los paladares evolucionan, hay clásicos que nunca fallan.
Lejos de la carísima estridencia, en Baco y Boca hemos buscado (y hallado) los helados más sorprendentes de Madrid, a precios mucho más económicos, y con la misma fotogenia para dejar nuestra impronta en Instagram. Toma nota ahora que arrecia el calor y comienza a hacer tu planning para ir a degustar las heladerías más impactantes (también con más cola) de Madrid. ¡Con estas propuestas vas a quedarte helado!
We Are La Pecera. Si quieres hacerte la foto del verano, sin duda alguna debes probar alguno de los helados de La Pecera. Los hermanos Luis y Miguel Aliff, junto a su socia Gioseppina Palladino, han importado de Japón los taiyaki, cucuruchos de gofre con forma de pez y rellenos de helado y desde que abrieron su primera tienda en Madrid, su legión de seguidores no ha hecho más que aumentar. Originales, llamativos y riquísimos, La Pecera tiene todos los ingredientes para triunfar. Además, el interiorismo de sus locales tampoco te dejará indiferente porque sus paredes, a modo de escamas de pez, sumergen al cliente en una experiencia 360 que te hará sentir como pez en el agua.
Lo primero que deberás hacer es elegir la base (bien de tortita o masa de gofre, ambas en forma de pez), seguidamente el helado (vainilla, chocolate, té matcha o salty caramel) y, para finalizar, el topping, a optar entre algodón de azúcar, coco tostado, brownie, palomitas dulces, oblea… Si estás indeciso, también tienes sugerencias cerradas como el Pez Unicornio, el Pez Paloma o el Pez Cocó. ¡Atrévete a descubrirlos!
Si hablamos de heladerías llamativas, no pasa desapercibida la aportación de Rocambolesc, que este año cumple su cuarto aniversario en la capital. De la factoría de los hermanos Roca, Rocabolesc es el proyecto del menor de los hermanos, Jordi Roca, junto a su mujer Alejandra Rivas. Con estas credenciales, el éxito está más que asegurado. Su heladería está en el Espacio Gourmet de El Corte Inglés de Serrano donde se ha instalado el emblemático carrito de helados que se popularizó en El Celler de Can Roca, donde se sirven los postres.
La carta de helados está formada por seis sabores, el de chocolate y vainilla son los básicos y a ellos se añaden otros como el dulce de leche, panettone o diferentes sorbetes que van cambiando cada temporada. No te vayas de aquí sin probar alguno de sus polos, tan singulares como deliciosos que te arrancarán una sonrisa antes de darle el primer bocado. Los más llamativos son el Helado Oscuro, un homenaje a Darth Vader; la Rocana, tributo a la característica nariz de Jordi Roca, El oso de madroño, una dedicatoria a la icónica escultura madrileña o el Velencoco, que presenta un helado en forma de Adonis griego, que bien puede encarnarse en la figura de nuestro modelo más internacional: Andrés Velencoso.
Otro de los helados más instagrameables es el Cotton Candy de Malvys Shake (San Onofre, 6), un helado sobre una sorprendente base de algodón de azúcar. Las sugerencias de esta heladería te van a dejar sin respiración (y sin apetito durante unas pocas horas). Aquí encontrarás propuestas llegadas de diferentes partes del mundo como Japón, Londres o Nueva York, pero reinterpretadas con un toque más saludable, ya que todos los helados son cien por cien veganos y bajos en azúcar. Si quieres darte el capricho del verano opta por el crazy shake, un espectacular batido, al que no le sobra -ni falta- detalle.
El sumun de la gula llega con Creamies y sus sándwiches de helado, una recomendación solo apta para los muy golosos. Tomando como inspiración el ‘helado al corte’ de toda la vida (la barra de helado que partíamos para incluir entre dos galletas de barquillo), en esta heladería han evolucionado este concepto para convertirlo en una contundente experiencia. Para elaborar tu propio creamies primero deberás elegir la base (entre oreos, cookies o donut), después el helado y finalmente el topping (froot loops, lacasitos, sprinkles, marshmallow, crocanti cacahuetes…).
Otra de las paradas obligadas para este verano es la heladería Ice Wave, un concepto de helado traído directamente desde Tailandia, natural, fresco y hecho al momento, con lo que el espectáculo está asegurado y todo en menos de dos minutos. Su producto estrella es el helado enrollable elaborado sobre una plancha fría que alcanza los -30º en la que se mezcla la base del helado escogida con fruta fresca o galleta, según se prefiera, con una base compuesta, principalmente, de leche desnatada.
No me llames Lolo, llámame Polo. Pues bien, mejor ambos. LoloPolos (C/ Espíritu Santo 16) es un obrador artesano de helados, sin gluten sin aditivos, sin colorantes y sin conservantes, pero con mucho, muchísimo sabor. Los polos están elaborados con fruta natural de temporada, así como con sabores exóticos como el Lolo Aove con azafrán y miel, el aguacate con chocolate, el chocolate blanco con mandarina yuzu, el Lolo de mojito y así hasta 150 sabores diferentes que van rotando según la época del año, ¡no te vayas a creer que los tienen todos allí! Tras el éxito de su primera tienda (C/ Espíritu Santo 16), acaban de inaugurar un segundo local en la Plaza de Santa Bárbara 4. ¿Te vas a poder resistir a tanta variedad?
Si tanta originalidad te ha dejado sin palabras, apúntate esta nueva propuesta: The Pâtissier, pero tendrás que darte prisa porque solo podrás disfrutar de ella los pocos días que quedan de julio y el mes de septiembre, ya que es un pop-up veraniego. El chef ejecutivo de Moulin Chocolat, Ricardo Vélez pone toda su creatividad al servicio de esta tienda, donde además de degustar unos riquísimos helados podrás dar buena cuenta de una amplia selección de brioches y otras delicatesen dulces.
La carta se compone de seis sabores: avellana del Piamonte, chocolate guanaja, lemon pie, fresas Mara des Bois, vainilla con Havana 7 y leche merengada con tocino de cielo. Podrás tomarlos en un cono de barquillo hecho en el propio obrador o a la siciliana, dentro de una masa de brioche.