Hotel Santa Marta: la evolución de la gastronomía clásica.
El Hotel Santa Marta presenta una carta que rinde homenaje a la cocina meditarránea.
Después de 60 años, el Hotel Santa Marta sigue en pie y bien firme. Un pequeño paraíso para disfrutar de unos días de descanso y relax. Un hotel que ha sabido convertirse en un destino en si mismo.
El hotel Santa Marta se inauguró en el año 1958. Su restaurante coge el nombre de la señalada fecha. Allí, en el Restaurante 58, la carta de invierno apuesta por el producto de temporada y, si es posible, ecológico.
De esta forma queda patente el compromiso del hotel en adaptarse a los nuevos tiempos y gustos. Y no solo eso, sino que también plasman la identidad de l’Empordà y su producto. Porque no está reñida una cosa con la otra. Es más, diría que más bien es todo lo contrario. Ya sabéis, renovarse o morir.
En el Hotel Santa Marta nos encontraremos con una cocina clásica pero actual. Buscan una cocina “de evolución”, que no “de revolución”. Ante todo, prevalece que el comensal coma y lo haga bien. Más allá de esa premisa, se trata de encontrar en las nuevas técnicas de cocción, nuevos productos y nuevas tendencias que les ayuden evolucionar sin perder su identidad.
El servicio en el Restaurante 58 está a la altura de la categoría del hotel y, por su puesto, de los platos elaborados, enconrándonos equipo de sala muy profesional, de los que cuesta encontrar, por muchos de los restaurantes a pie de calle. Atentos y sin incordiar, con la discreción justa y necesaria.
Para aquellos que añoren algunos de los protocolos de alta cocina, en el Hotel Santa Marta encontrarán algunos de los que hoy se ven poco. Como ejemplo, su steak tartar hecho al momento en mesa y delante del comensal. O bien sus fresones a la pimienta.
Su oferta se centra en la cocina mediterránea, pero sin cerrarse a posibles guiños a otros tipos de cocina. El pescado tiene un peso importante, pero ni la huerta ni las carnes son escasas.
Leer sus propuestas abre el apetito. Para abrir boca, sugieren elaboraciones como almejas al cava o Tempura de cigala con crujiente de pistacho. Como entrantes el Ceviche de erizo de mar de la costa con guacamole es un claro ejemplo su adaptación a los nuevos tiempos. En cambio, la Lasaña de setas gratinada al perfume de albahaca fresca o los lomos de sardina ahumada sobre Coca del Mossen con berenjena y pimiento asado vuelven a recordarnos que lo importante, es combinar los ingredientes y sabores adecuados.
Cualquier de sus platos principales será un acierto, sea carne o pescado. Morro de bacalao confitado con cocochas al pil pil, Suprema de lubina Santa Cristina o calamares con habitas en pescados; Rabo de buey asada al vino tinto deshuesada con verduritas, el Filete de ternera de Girona al aroma de oporto con hígado de pato o un costillar de cabrito al horno en carnes son acierto asegurado.
El restaurante ofrece un menú diario de lunes a viernes que es una buena muestra de su cocina. Basado en las sugerencias del chef, encontramos varios guisos ideales para esta época del año Lentejas estofadas los lunes, Almejas con judías blancas los martes, Garbanzos con pelota y carn d’olla los miércoles, arroz caldoso con sepia y cigalas los jueves o “Escudella i can d’olla al nostre estil” el viernes.
Ahora, cara a la primavera y a buen tiempo, posiblemente los productos que protagonizan sus menús sean diferentes.
Sea como sea, seguro que son un acierto.