Las flores de Iolanda Bustos en Organic Market
Iolanda Bustos visita los supermercados Organic Market
Organic Market ha celebrado durante estas últimas semanas unas cenas muy especiales con Iolanda Bustos para celebrar su expansión. Una expansión que va ligada a una renovación de sus espacios y a la apertura de 3 locales más durante los próximos meses en Paseo San Juan, Urgell y Trafalgar.
Los supermercados de Tribu Woki siguen con su filosofía de aportar su grano de arena a la alimentación saludable con la venta de productos ecológicos. Esa oferta ahora se hace extensiva a sus cafeterías disponibles dentro de todos sus establecimientos donde ofrecerán un menú con un precio mínimo de menos de 8 Euros llamado Combo Healthy, compuesto por un plato equilibrado en el que encontramos verduras, cocinadas o crudas; cereales y proteínas. También contarán con la incorporación en su oferta de un pan artesanal proveniente de su última adquisición: los obradores de Barcelona Reykjavik.
Con una clara línea de defensa del healthy food, Organic Market ha contado con la colaboración de Iolanda Bustos, conocida por su cocina con flores para celebrar dos cenas muy especiales en dos de sus locales de Barcelona.
Ya conocíamos a Iolanda y su elaboraciones tan características y originales. La visitamos un año en el Girona Temps de Flors, el último día que su restaurante La Calèndula permanecía abierto en la ciudad. Sería, en ese sentido, una comida irrepetible.
Con este evento hemos tenido la suerte de volver a verla y volver a probar sus platos. El menú que se preparó y pude degustar en Organic Market de Diagonal tenía todos los rasgos característicos de esta Chef: la originalidad, la elegancia y el sabor. Todo ello sin perder de vista su apuesta por el producto ecológico.
El menú que Iolanda elaboró para dar la bienvenida a la primavera empezó con un cocktail de flores de bienvenida para acompañar su característico Xampanet. Así empezamos la noche mientras esperamos a acomodarnos todos en un comedor improvisado pero suficiente.
El primer plato fue una hoja de borraja crujiente con sus flores frescas sobre un puré de raíces. Para comerlo con la mano, la hoja de borraja era una tempura idónea para dar consistencia al plato. Estéticamente, poco hay que decir. Los ingredientes utilizados por Iolanda son bonitos de por si. Verlos en los platos provoca un colorido espectacular como en su brandada de bacalao bajo un velo de miel milflores, tierra de almendras y aceitunas.
Un canelón de brandada, donde se mezclan sabores familiares que suelen encontrarse como lo son el bacalao y la miel, aunque de una forma bien diferente a la habitual. Continuamos con un confit de pato “ibérico” según nos explica la misma Iolanda. Cuando un animal es alimentado con bellota, las consecuencias son conocidas por todos. Para ello no hay mejor ejemplo que el jamón. Curiosamente menos graso que muchos otros que he comido, ya que en la piel no se apreciaba la típica capa de grasa que suele despreciarse. La carne era sabrosa y tersa. Servido en un lecho de hojas de chumbera que tenían una textura algo gelatinosa que puede provocar algún rechazo. Me recordaron al nopal. Por encima los pistachos daban vistosidad y un sabor que combinaba bien con la carne.
El postre era un jardín. Como base, piña infusionada con flores de hibisco muy buena y fresca junto a una bola de chocolate blanco y mazapán cítrico. Si hubiera sido solo la piña infusionada no me hubiera importado lo más mínimo.
Flores, hierbas, raíces, infusiones… Iolanda Bustos conjuga siempre técnica y producto, como muchos otros, pero el ingrediente es diferente. Busca qué flores son comestibles y en qué cantidad, se provee de su propio huerto y pasa horas buscando las fórmulas adecuadas.
Una cocina muy diferente, donde encontrar sabores de siempre en la boca, pero distintos a la vista. A veces, da mucha pena tocar el plato.