El primer concurso del Mejor Panettone Artesano se celebró ayer en Barcelona.

El Mejor Panettone Artesano es el concurso que ha organizado por primera vez la l’Escola de Pastisseria del Gremi de Barcelona siguiendo el mismo modelo que el Concurso al Mejor Croissant Artesano que se celebra anualmente. Hace poco que se llevó a cabo la decisión de elegir cuál fue el mejor y os explicamos que Pastisseria Canal había sido la premiada y que estaban abiertas las inscripciones para el concurso del Mejor Panettone Artesano.

Un dulce que está en auge desde algunos años sobre todo cuando se acercan estas fechas de Navidad y que poco a poco se va “colando”. Su origen es italiano, y varias leyendas le rondan. Una, que es fruto del amor, de un enamoramiento de un joven, quién rendido ante los pies de la hija de un pastelero de Milán, se hizo pasar por aprendiz e inventó este dulce para conquistar a su amada, llamandolo el “pan de Toni”. Otra, situada en la misma época y ciudad, dice que fue en la corte de Ludovico el Moro, cuando el Señor de Milán, después de que los postres previstos se quemaran, descubrió que un aprendiz, Antonio, había aprovechado las sobras de éstos para hacer un pan dulce que aprovechó para servirlo en la cena. La menos romántica simplemente sitúan su origen en el siglo XVII como “Pane di Tono”: Pan Grande.

El Concurso al Mejor Panettone Artesano ha adoptado el mismo formato que el del croissant. La valoración de una serie de criterios (aspecto, corte, olor, textura y alveolado y el gusto) es el rasero que un jurado formado por Giuseppe Piffaretti, autor del mejor panettone del mundo, Oriol Balaguer, Pere Camps, Miquel Antoja y Xavier Barriga entre otros, han valorado. Sumando los puntos han declarado el de Pastelería Dolç Par Yann Duytshche, de Sant Cugat como el mejor, con un total de 578 Puntos, entre los presentados por 22 pastelerías.

Yann Duytsche pasó 12 años en L’Ecole du Grand Chocolat Valrhona y se decanta hacia una pastelería de autor, en la que la estética tiene un peso importante y donde combina innovación y clásicos.
Parece que, de alguna forma, alguna atracción irremediable nos abduce a adoptar cualquier dulce como mejor que los nuestros… en fin, la globalización es lo que tiene. Como siempre digo, tomemos Panettones, por supuesto, pero no nos olvidemos de lo que por aquí tenemos.

Te dejamos el enlace hacia el Concurso del Croissant.