MoMa
La tecnología nos propició un encuentro de amigos de adolescencia y juventud y nos reencontramos en un restaurante de Sants con nombre que evoca la gran Manzana, pero que ha sido escogido por las iniciales de sus dueños: Moma…casualidades.
En el barrio de Sants, en la calle del Rec, número 25 podemos encontrar un ambiente informal en un local acogedor y decorado con gusto donde priman los colores primarios, el blanco en su mayoría, haciendo de él un sitio luminoso, donde puedes charlar, y ver las caras de tus acompañantes, sin música a gran volumen y sin luces demasiado tenues, disfrutando de la tarde, noche o mediodía con unos buenos pinchos y un buen vino.Ventana exterior Moma y pizarra pinchos
Aunque tienen un menú disponible a mediodía y por la noche que tomamos nosotros, creo que este restaurante tiene mucho más atractivo para una velada informal y, para ello, mejor seguir la tónica utilizando ese estilo de comida. La bienvenida nos la da una pizarra que queda a la altura de la vista con una frase en este caso de una canción de Lluís Llach, pero que se encargan de renovarla periódicamente para dar un mensaje diferente. Al entrar, la ves inevitablemente, ya que los ojos topan con ella, pues el acceso al restaurante te lo dan unas escaleras que bajan que son las que te conducen al interior.
Entrada Moma
Nada más bajar la escalera encontramos la barra que invita a acercarte y mirar de cerca sus pinchos. Diferentes pizarras con la oferta del día decoran el local, integrándose a la perfección con el resto de objetos, como si de un adorno más se tratara.
Pizarra interior Moma
Al ser un grupo, estuvimos en la parte de arriba que tiene reservada para ocasiones especiales, dándonos así intimidad y comodidad, tanto a nosotros como al resto de clientes que se encontraban en el local. Una opción que podéis contemplar en caso de celebraciones y comentarla con Mónica que seguro que de muy buen grado os prepara algo especial a vuestro gusto.
En la barra podemos pinchos, pinchos y pinchos.
Fríos, calientes, encurtidos, sofisticados…herencia de su dueña, vasca, que nos ha traído ese gran hábito del norte que es comer de esta forma: De preparación tan simple como una rebanada de pan en la mayoría de casos, pero con toda la imaginación posible que queráis echarle para combinar ingredientes de todos los sabores, colores y texturas que nos permitan comer de dos bocados en dos bocados todas una mezcolanza de dulces, salados, picantes, amargos… pudiendo así probarlo todo sin necesidad de elegir como si de platos únicos se tratase.
Pero en el caso del Moma, además de la variedad, creo necesario hacer hincapié en el tamaño de los pinchos. Es cada vez más fácil encontrar bares que los sirven en Barcelona, pero no todos lo hacen igual : en muchos sitios nos encontraremos con la alternativa a tomarlos, pero también nos encontraremos que el calibre de éstos es más bien reducido. Mónica nos cubre las rebanadas de pan con los refrigerios generosamente de forma que el pan sólo sirve de sustento del pincho principal.
Cualquiera que sea vuestra elección encontraréis los pinchos muy bien servidos. Además de los que podáis ver en la barra, Moma nos ofrece también un surtido de pinchos calientes. En nuestro caso, como formaban parte del menú como primer plato, nos encontramos con cuatro copadas bandejas que, además de apetitosas, nos generaban la duda de cual de ellos escoger. Por suerte, había tal cantidad que podías probarlos todos e incluso repetir.
Unas buenas lonchas de salmón ahumado relleno , de ensaladilla y de pimientos también rellenos, con huevo hilado y con germinados eran los pinchos fríos.
Chistorra (dos trozos por rebanada de pan), butifarra envuelta en bacon y una gran croqueta formaban el surtido de los calientes
En el menú teníamos incluída la bebida, en este caso un vino tinto D.O. Penedès: Duc de Foix, 100 % Merlot. Muy correcto y apropiado para la comida servida. Ciertamente, los vinos que encontramos en casi todos los restaurantes suele ser correctos, sea la D.O. y la uva que sea. Como todo, es más una cuestión de paladar que no de calidad.
Vino Duc de Foix
Pero si realmente hay algo que me gustaría realzar del Moma es el trato recibido: la amabilidad, simpatía y eficiencia de Mónica y de todo su equipo!!. Todos encantadores. Pacientes a la hora de tomar nota del grupo, algo que suele ser difícil por la falta de atención que ponemos :-(, ágiles a la hora de servirnos aunque el local estaba repleto, receptivos a cualquier cambio que les sugiriéramos aunque el menú ya estuviera pactado, satisfaciendo así los caprichos de más de uno. Verdaderamente, poseen ese don de gentes tan necesario en la restauración que promueve la vuelta al Moma para charlar con ellos y saludarlos. Es lo que consolida a Moma como uno de los bares preferidos para los residentes del barrio de Sants, en palabras de uno de ellos:
“Creo que describes muy bien el ambiente del Moma. El aspecto de la comodidad y la cordialidad cuando se trata de disfrutar de la comida es, para muchos, una cuestión que va estrechamente ligada. Y en este sentido, junto con el trato amable, el Moma es un referente en el Barrio Antiguo de Sants.
La manera divertida y social de comer pinchos es una tradición que cada vez más traspasa Euskalherría y se va asentando en cualquier sitio. La cocina sencilla pero cuidada es una opción que hace que muchos vecinos frecuentemos el Moma. Además, la situación del local, situado en medio de la zona de ocio de Sants también es un punto a tener en cuenta. En resumen, pienso que el Moma es un restaurante desenfadado y cercano que se mantendrá en el barrio por mucho tiempo”
Hagamos pues caso a los que mejor pueden aconsejarnos sobre el barrio, así que si paseáis por Sants o alrededores id a verlos. No encontraréis una cocina sofisticada, ni grandes mesas con servicios de tela, ni un comedor espacioso ni exóticos ingredientes. Es mucho más sencillo: el proyecto de alguien que apostó por la cordialidad y la cercanía, sin más pretensiones que la satisfacción de sus clientes.
Sandra
Soy fan del país Vasco y su gastronomía en miniatura! Me encantan los pinchos y es verdad que aquí cuesta un poco encontrar buenos lugares de pinchos, así que habrá que ir a descubrirlo! Gracias!!
Lui
Ideal para matar el gusanillo si vas por Sants. No es sofisticado, pero tiene un buen ambiente auténtico de barrio
Mori
Vienen ganas de ir ya! En la próxima visita a Sants, cae fijo! Gracias por la completísima información.
Lui
Gracias a ti!!. Si vas pregunta por Mónica y di que vas de mi parte!!