Musiú y la pasta: un bonito romance.
Musiú, una derivación del original Monsieur francés, es el nombre elegido para el nuevo punto de encuentro de los amantes de la pasta. En la calle Pau Claris un nuevo local agradable fruto de la alianza de tres socios venezolanos se concentra en ofrecer pasta, piadinas, focaccias y ensaladas. Para llegar a elegir los platos, pusieron en común los sabores que más les gustaban. A partir de ahí, buscaron cuál era también el ingrediente que todos tomaban y ganó la pasta. Ya tienen dos de las premisas que mezclarán para llegar a los platos finales que acabarán con la ayuda de las salsas que Musiú ofrece en su carta. Una oferta fácil, pero que siempre tiene éxito y así lo está demostrando teniendo en cuenta su poco tiempo de vida y la cantidad de gente que encontramos en el local esperando mesa a mediodía. Por suerte, la espera siempre es corta, su fórmula es ágil, así como su servicio.
Por un lado, tienes la opción de elegir un combo que incluye una ensalada, un plato de pasta y bebida, a un precio de 8 o 10 Euros, dependiendo de la pasta elegida. Una buena fórmula ideal para aquellos tienen prisa para comer y no quieren ni tan solo entretenerse en pensar que elegir.
Por otro lado su carta. No es que haya mucha más variedad, tienen muy claro a qué se quieren dedicar y cómo quieren ser identificados, pero en ella como mínimo hay más opciones que incluyen diferentes tipos de focaccias, con salmón o chorizo picante por ejemplo o la de romero que combina con breasola; diferentes tipos de queso como el brie y mozzarella entre otros; 3 tipos de piadinas, un par saladas y una dulce; y 4 ensaladas, aunque hay que decir que una de ellas es un carpaccio.
Respecto a su protagonista, la pasta, hay varias opciones para elegir qué tipo de pasta quieres comer, que combinación de ingredientes y con que salsa quieres acompañarla.
Por ejemplo, su pesto que acompaña a los rigatoni parece crear adicción entre sus clientes que vuelven para repetir y tiene un toque personal para hacerlo algo más espeso. Pero no solo el pesto, sino también cambian algo la arabbiatta, de la que suavizan su picante. En los ñoquis o los rigatone han buscado fórmulas que equilibren los dulces con los salados donde no dejan de lado los sabores tropicales algo dulzones que mezclan con los mediterráneos para adaptarse al paladar barcelonés.
Curiosamente, su carta de cafés diría que es mayor que la de la propia pasta. Con la bendición de Cafés el Magnífico, ofrecen una mezcla propia que ellos mismos han hecho para servir cafés calientes o fríos. Todo un mundo que, si eres cafetero, seguro que te siembra la duda.
Con un buen precio, la verdad es que es una apuesta segura. Especializarse en un producto tan internacional como la pasta, no es descubrir el chocolate del loro, pero realmente, ¿quién lo hace?.