Platja Ca la Nuri, mucho más que arroces.

Platja Ca La Nuri y Terra Ca La Nuri son los dos restaurantes más conocidos de la familia que lleva más de 50 años dedicados a la restauración. Son los que conocemos, los que hemos visitado, aunque tiene más. La última apertura, si no estoy equivocada es la de Xiroi, un chiringuito algo mas informal.

Hace unos años fuimos a Terra Ca La Nuri, pero la última visita la hicimos para aprovechar su menú de bolets a Platja Ca La Nuri.

Justo en la zona de playa delante del Hospital del Mar, está el restaurante. No faltan las vistas al mar bien sea porque te sientes en su terraza o porque prefieras su interior ya que unas grandes vidrieras permiten contemplar el paisaje.

El menú especial de Bolets se ofrecía en Platja Ca La Nuri y en Xiroi. Eran diferentes y los dos menús ofrecían platos en los que encontrar diferentes tipos de setas. El que nosotros tomamos, el de Platja Ca la Nuri, lo definiría como para de entrantes a compartir, un primer plato, un plato principal y un postre. Esta descripción la aporto yo no el restaurante, y lo hago después de haber probado el menú y ver las cantidades de cada ración.

Empezamos con un par de entrantes fríos a compartir: Rovellons de botó (Níscalos de botón) en escabeche y Carpaccio de Ceps (Boletus Edulis) y pies de cerdo con parmesano. Dos de las setas más populares y preciadas en dos texturas y combinaciones diferentes.

El siguiente plato, era individual. De ahí y por la ración, para mí era el primero. Setas salteadas con huevo a baja temperatura y parmentier de boniato. Un plato otoñal no sólo por las setas sino por el resto de ingredientes. Incluso visualmente, por los colores a tierra. Como todos los platos que llevan huevo a baja temperatura (últimamente parece que el huevo solo puede tomarse así), lo ideal es mezclarlo para que la yema aporte jugosidad. En este caso no la necesitaba, no era para nada un plato seco, pero siempre es bienvenida.

Y Llegamos al arroz. Nunca faltará en Platja Ca La Nuri. De hecho es una de sus especialidades y por lo que es más conocido.

Dado que el menú era de setas, en el arroz meloso no podían faltar. También llevaba ternera. Un arroz que iba ganando puntos por momentos. Según iba reposando iba a ganando sabor. No es de extrañar, después de probar este, que su fama sea justificada.

En el postre no había setas, pero si aprovecharon un producto de temporada como los higos para añadirlo a su propuesta de Mel i Mató. Todo un clásico.

Este menú estaba disponible durante el mes de noviembre a un precio de 35 euros. Los vale de sobra. Tenemos la esperanza de que esta iniciativa no sea algo puntual porque sería una lástima. También es cierto que no hay que esperar a unas jornadas de este tipo para poder disfrutar de su menú diario o de cualquiera de sus arroces de carta y, por supuesto, de cualquier otro de sus locales.