Popeye Restaurante, una buena opción en Les Corts

Mesas barras y cocinas 9 enero, 2017
Popeye Restaurante

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Popeye Restaurante, una buena opción en Les Corts

Popeye Restaurante, una comida sencilla en un barrio algo olvidado

Popeye Restaurante está en una calle que no es de paso y en un barrio que, no se porqué, se contempla poco para apertura de nuevos restaurantes. Les Corts aguanta el tipo y tiene una restauración variada, con algunos restaurantes de toda la vida con un buen prestigio. Pero es cierto que siendo una zona donde hay muchas oficinas y demanda de menús de mediodía, la oferta es escasa.

Esta observación también la hicieron los dueños de Popeye Restaurante, Wilken y Eliot, pero ellos decidieron llevar a la práctica la apertura de un nuevo lugar para cubrir esa carencia en el barrio. Para ello, en la calle Taquígraf Martí, 32 adquieren dos locales, pasan diez meses de reformas y permisos, los unen y abren las puertas de este nuevo restaurante: Popeye.Popeye Restaurante

El nombre, al contrario de lo que muchos habréis pensado (igual que lo hice yo) no es un homenaje a las espinacas ni al personaje marinero cuya novia se llama Olivia. Es más bien casualidad de buscar un nombre fácil de recordar y algo neutro. No sé si lo han conseguido, por lo de neutro lo digo. Que el nombre es pegadizo, nadie lo duda.

Podríamos definir la cocina de Popeye Restaurante como de mercado. Típica mediterránea con algún toque de autor. Una fórmula ya habitual adoptada por muchos para tal vez conseguir una identidad propia. Apuestan por el producto e intentan sacarle el máximo provecho a las carnes y pescados, para lo que utilizan un horno Josper.

Popeye Restaurante

Cuando fuimos, un mediodía, encontramos el local bastante lleno. Parece que realmente si era necesaria una buena oferta de menú diario. Vimos en el anuncio que lo cambiaban cada día, que no era un menú semanal. Si lo hacen así, dan más variedad y fidelizan a su público, lo que han conseguido en estos 3 meses que llevan abiertos, ya que mientras que estamos allí observamos como una mesa aplaude la iniciativa de este formato y les felicita.

Popeye Restaurante

En su carta encontramos platos familiares, nada de excentricismos.

Para empezar poco a poco, inauguramos la comida con unas Anchoas del Cantábrico. Con una buena salazón, regadas con un buen aceite de oliva y con pimienta molida al momento, las anchoas se sirvieron con un pan de cristal que nos acompañará el resto de la comida. Siguen llegando a la mesa el resto de platos que nos servirán de entrantes.

Unas croquetas de cocido, que siempre entran tan bien y unas patatas bravas. Estas últimas con una presentación muy original que simulaba un tartar, tan visto últimamente. Cortadas a tacos no demasiado grandes pero suficiente para poder coger tres o cuatro en cada pinchada. Acompañadas con un all i oli de chistorra. Un ingrediente que se notaba más en el color que en el sabor, ya que la chistorra era muy poco percetible y muy respetuoso con la salsa original. Me gustaron mucho, tanto la tapa en si como el hecho de querer desmarcarse con su puesta en la mesa.

Popeye Restaurante

Después de compartir los entrantes, llegan dos principales. En este caso, probaremos una carne y un pescado, los dos pasados por el Josper.

Una tagliata de entrecot con rúcula y parmesano. Una presentación típica italiana de la pieza cortada. Una carne tierna, bien hecha al punto. Respecto al pescado, otro típico: pulpo con parmentier de patata y pimentón de la vera. También hecho a la brasa. Cualquiera de los dos es una buena elección.

Popeye Restaurante

Llega la hora del postre y escogemos un pequeño trozo de carrot cake, para probarlo. Un trozo grande, de esta tarta, después de la comida hubiera sido excesivo teniendo en cuenta que pedíamos otro postre. Y que conste que era esponjoso. Más ligero me pareció el tatin de manzana. Muy bien hecho, con buenos trozos de la fruta y servido con una bola de helado.

Popeye Restaurante

Popeye Restaurante

Popeye Restaurante es un sitio acogedor, un local sin más pretensiones que ser un referente en el barrio, para la gente de allí, para ofrecerles un lugar donde comer cada día sin aburrirse. Una decoración correcta, de la que me llaman especialmente la atención sus lámparas. Combina mesas de diferentes capacidades y tiene un pequeño reservado por si alguna vez alguien necesita algo más de intimidad.

Popeye Restaurante

Si lo visitáis por la noche, encontraréis disponible su carta y la posibilidad de alargar un poco más la cena con algún combinado, pero sin convertirse en bar de copas. Nada más lejos de su intención. Si sois de la zona, es posible que ya lo hayais oído nombrar. Si sois de otra, vale la pena acercarse para tomar una buena comida a un precio muy razonable.

Popeye

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