Restaurante Solomillo, una nueva propuesta para los carnívoros

Restaurante Solomillo se encuentra ubicado en el Hotel Alexandra. Está claro que la carne está de moda. O mejor dicho recuperándose. Puede que sea una consecuencia de aquel bache sufrido a raíz de la publicación de la OMS sobre el consumo de la carne roja. O simplemente es que siempre ha sido importante su consumo, sobre todo, si hablamos de carne de calidad y algunos restauradores han visto que hacía falta algún que otro monotemático…

No sé si es fruto de alguna reflexión de este tipo por parte de Enrique Valentí, o si es para compensar Marea Alta, proyecto en el que también participó y donde el protagonista es el pescado. En cualquier caso Restaurante Solomillo es una nueva e interesante propuesta donde la charcutería más gourmet y la carne de calidad se sirve en un curioso formato para un restaurante: al peso.

Existen algunos restaurantes que ya utilizan esta fórmula, aunque los que tengo en la cabeza son todos de pescado y marisco.

Con acceso directo desde la calle, Restaurante Solomillo ofrece en primer término su charcutería, en la que pueden degustarse tablas de quesos y embutidos allí mismo o en su terraza. Una oferta y espacio más informal. Hasta aquí no sorprende a nadie.

En cambio, en su planta superior la cosa cambia y se presenta como un restaurante estilo brasserie donde puedes elegir la comida que tomaras como si de piezas de un rompecabezas se tratara hasta componerte el plato que más te apetezca.

La carne servida será siempre solomillo, pero serán de razas bovinas que puede ser que alguna vaya variando dependiendo de la temporada y del mercado. La elección consistirá primero en el tipo de carne que quieres: Salers, Black Angus Nebraska, Frisian, Rubia Gallega, Wagyu…

Seguimos definiendo nuestro plato ahora con la ración que queremos tomar. Aunque ellos sugieren una estándar (125 gramos) no es más que eso, una sugerencia para que así puedas permitirte probar más de una y hacer una “cata” . Pero si lo tienes claro y solo quieres probar una, te ofrecen diferentes “packs” con diferentes pesos y guaniciones a un precio ya estipulado. Si aún así, ninguna de sus alternativas te seduce, ningún problema. Ponte a prueba y pide el peso que quieras. Pagarás tanto como pidas, ya que te indican el precio del kilo de cada tipo de carne.

No acaba aquí. Ahora llega el momento de decirle a la cocina cuál es el punto en que te gusta saborearla: Bleu, Saignant, A point, 3/4 y Bien Cuit. Toda la gama.

El embutido de la charcutería, que puede ser servido en el restaurante, es una buena forma de empezar compartiendo. Una buena cecina y un surtido de algunos de embutidos artesanales del país junto a un buen pa de vidre con tomate servirán para hacer boca y tiempo hasta que lleguen los solomillos.

La carne no vendrá sola. Continuando con su línea, diversas guarniciones están en su carta, así como salsas variadas como bearnesa, queso azul, mostaza o mojo de hierbas.

Los acompañamientos dependerán de la época del año en que lo visitemos, ya que algunas de ellas son de productos de temporada: ahora es el tiempo para escoger unas buenas alcachofas y unos pimientos con su pil pil que casi vale la pena pedírselos como plato. Buenísimos. Patatas o ensaladas no faltarán durante todo el año.

No nos saltamos el postre después de escuchar que entre ellos tienen una fina tatin de manzana con helado. Nos convenció lo de “fina”. Suerte que fue así. Una ración válida para uno aunque nosotros compartimos. Muy ligera y sabrosa.

Encontraréis una carta de vinos a copas variada, en la que no faltan los tan demandados vinos catalanes. Aplaudimos la iniciativa.

Está claro que no es el paraíso de los indecisos. No importa, puede ser que tardes algo más de tiempo en personalizar la comida o cena de ese día. No es ningún problema. En Restaurante Solomillo tendrán toda la paciencia del mundo y os aseguro que valdrá la pena.