Satay Grill
Satay Grill es diferente. En el corazón del barrio del Raval nos encontramos un local de decoración sencilla que guarda ese encanto arrabalero tan característico: algo de caos ordenado (gran contradicción), mezcla de estilos… Esta puerta con puerta con Carmelitas. De hecho se comunican ya que son del mismo grupo: Tribu Woki.
El restaurante es amplio, aunque no lo son las mesas, que son de mármol y redondas, de esas que parece que quieren impedir que pidas más de tres platos a la vez o varios para compartir y, en el caso de que lo hagas, supone jugar al tetris… Pero hay que decir que es una objeción muy bien salvada ya que utilizan una vajilla pequeña y en su mayoría rectangular que rentabiliza muy bien la posible falta de espacio. Todo muy acorde, sobre todo pensando en su concepto informal especializado en brochetas hechas a la brasa y a la vista.
Sirven un menú de mediodía en el que siempre encontraremos como en los primeros la Sopa de Miso y una ensalada que irá variando. Como segundos están algunas de las brochetas que componen su carta, normalmente una de carne o pescado y una de verdura. El día que fuimos era una de ternera y otra de espárragos que siempre acompañan con un bol de arroz. La sopa no apetecía, ya que la temperatura no invitaba, pero si que pedimos la Berenjena Miso de su carta (había que probarla), el Salpicón de Pulpo y una Ensalada de Quinoa al estilo Vietnamita.
Lo que en un principio podrían parecer raciones escasas, la verdad es que no lo son. La berenjena estaba buena de sabor, conseguida y con un punto dulce muy agradable. La ensalada de Quinoa, que va entrando en todos los restaurantes como alternativa a las verdes, cada día contemplo más elegirlas. Encuentro que este ingrediente da mucho juego y hasta ahora he probado combinaciones muy acertadas. En Satay Grill no defraudaron.
El salpicón de pulpo no debéis imaginarlo como solemos tomarlo. Iba acompañado con unos espaguetis, juraría que de arroz que seguramente tendrán un nombre, pero yo no lo conozco. Lo importante es que resultaba bien fresco y con el pulpo como protagonista, sin escatimar.