Tres vinos tintos y un rosado que debes probar.
Se presentan nuevas añadas que llegan después de su tiempo en bodega. Incluso vinos nuevos que salen a la luz, que no deja de ser una buena noticia. Diferentes variedades, (parece que la garnacha se impone), diferentes zonas geográficas y diferentes terroirs se plasman en las botellas que salen al mercado. Hemos conocido el resultado de algunas de ellas y seleccionamos cuatro para que no falten en vuestra lista. Dejaros llevar por vuestro instinto o curiosidad, buscad el que hayáis escogido y a disfrutar de una buena copa.
La bodega Ramon Roqueta presentó “oficiosamente” en Alimentaria su nuevo vino Insígnia (con acento porque es en catalán). Y digo “oficiosamente” porque realmente se comercializó unos días después. El nombre ya indica que hay cariño en este proyecto y no es para menos, pues hablamos de un vino que quiere plasmar los 120 años de historia que hay detrás de esta bodega.
Cinco generaciones son las que, hasta ahora, han trabajado y trabajan desde que en 1898 Ramon Roqueta fundó la bodega. Un homenaje con el que se pretende honrar al que en su día, decidió dedicarse al vino. De Ramon Roqueta Insígnia se han elaborado 6.000 botellas coupage de tres variedades, garnacha, cariñena y sumoll consiguiendo un vino equilibrado y elegante. Para su elaboración se hizo una selección manual en vendimia, recogiendo cada uva en su mejor momento. La garnacha y la cariñena se maceraron entre 15 y 20 días con fermentación a 26 grados en acero inoxidable. La sumoll, en cambio, se vinificó a una temperatura más baja y ha tenido menos tiempo de maceración. Una vez hecho el coupage, Insígnia pasó por barrica de roble durante 8 meses antes de ver la luz. Ahora ya, podemos disfrutar de él en cualquier comida. Búscalo si quieres sorprender a alguien.
Tossal de la Salut: viñas altas, elaboración artesanal de Abadia de Poblet, monovarietal 100% garnacha. Una forma muy fácil de describir este vino del que solo se han embotellado 1.000 botellas. No sería justo quedarse ahí.
La garnacha tinta de la D.O. Conca de Barberà es la total protagonista de este vino equilibrado y con cuerpo que nace en las montañas de Prades y que pretende recoger toda la esencia de esa tierra. Según Ricard Rofes, enólogo de Abadía de Poblet, el objetivo es “embotellar” el paisaje y, de alguna forma, han conseguido plasmar el alma de aquella zona en su producción tan limitada recuperando los procesos que se utilizaban en la Orden del Císter procedentes de Borgoña, para conseguir esa captura del terroir.
Tossal de la Salut se une a La Font Voltada 2015, trepat; Abadia de Poblet Blanco 2016, macabeo y parellada; y Abadia de Poblet Tinto 2016 trepat, garrut, garnacha y ull de llebre para ampliar la gama de los vinos de monasterios y sigue apostando por recuperar variedades y procesos algo olvidados.
La familia Muga no ha faltado a su cita anual en Barcelona para presentar sus nuevas añadas. La Ciudad Condal es uno de sus mercados más potentes y no pueden hacer menos que venir y agradecer esta fidelidad.
Este año, se ha centrado toda la atención en su Flor de Muga. Parece que los rosados siguen siendo unos vinos que gustan poco comparados con los tintos y los blancos y se producen mucho menos, posiblemente por estar rodeados de cierta mala fama histórica. Pero en los últimos años el empeño que se le ha dado a la elaboración de un buen rosado ha dado sus frutos. Es el caso de Bodegas Muga que llega a un vino que, sin verlo, sería difícil de definir como rosado. Monovarietal de garnacha, Flor de Muga es un vino elaborado con mosto flor (de ahí su nombre) fresco y delicado, ideal para acompañar arroces (lo recomiendo en especial para un arroz negro), pescados y carne de ave. Y, por supuesto, para disfrutarlo sin ningún acompañamiento. Un vino ideal para salir de la rutina sin ningún riesgo de que la novedad vaya a defraudar.
Seguimos con otro vino tinto, pero nos vamos al Bierzo. Losada Vinos de Finca ha lanzado al mercado Altos de Losada, el que podríamos definir como el vino más representativo de la bodega, ya que dio origen a la marca. Elaborado por ensamblaje de los diferentes vinos que han nacido en cada una de sus parcelas o fincas, los diferentes matices son bien conocidos por Amancio Fernández. Él y su equipo han dado 15 meses de crianza en barrica de roble francés, pero no han dejado que la madera predomine en este vino, dando más protagonismo a la mencía y su terroir arcilloso típico de Valtuille.
Losada Vinos de Finca ofrece además Losada, un tinto con 12 meses de crianza y El Pájaro Rojo, con 4 meses de barrica como sus vinos más populares. Su gama más alta se concentra en La Bienquerida, con 15 meses de crianza y 2.000 botellas al año, Pobladura y La Senda del Diablo, 100% garnacha tintorera.
