Zinbar barcelona, cocina fusión con raíces marroquíes.
Zinbar Barcelona se define como un restaurante fusión. Pero una fusión condicionada por el producto, que es el que manda. Así nos lo explica su chef El Mazari Youssef. Pero… ¿una fusión de qué?
La mejor forma forma de saberlo, sin duda, es dejarse llevar por los sugerentes platos que encontramos en su carta. Al leer nombres como mrouzia, tajine o couscous nos trasladamos inevitablemente a Marruecos. Pero no nos quedamos ahí, porque también leemos sauté de verduras, consomé de azafrán o risotto de orzo que nos indican claramente que lo que allí comeremos será, por lo menos, poco habitual.
Zin significa belleza en árabe y Zinbar Barcelona intenta transmitir esta belleza tanto en su local como en sus platos. Una belleza sobria y elegante que se aprecia en su cálido ambiente y en la composición estética y cuidada de sus platos.
Un aperitivos como el carpaccio de gamba con cebolla encurtida, puré de pimiento rojo escalibado, romesco, tomate en macedonia y brote de cilantro sorprende por su finura y supone el inicio de una comida que, en cierta forma, nos mantiene en vilo.
Las técnicas y la formación de El Mazari Youssef empiezan a apreciarse ya en el primer plato, la caballa marinada en limón confitado, acabada con un flambeado y servida sobre una leche de oveja ahumada con esferificación de aceituna. Pero continúan con la Terrina de Khlie con foie servida con virutas de foie, cremoso de higos y castaña rayada. Un plato que, según nos explican, podríamos equiparar a una carrillera de ternera. La combinación de sabores sorprende, versionando de una forma diferente la combinación de ingredientes grasos y dulces sin cargar el paladar.
Con su rustido de pollo al limón confitado en dos cocciones con sauté de verduras vuelve a recurrir al toque cítrico que da el limón al que se le ha quitado la acidez consiguiendo una elaboración muy sabrosa con ingredientes sencillos. En cambio, su terrina de cordero cocinado a baja temperatura, 75º concretamente durante 12 horas acompañado de berenjena especiada y pistachos parece hacer homenaje a los sabores marroquíes que tenemos en mente.
En Zinbar Barcelona respetan los tiempos y respetan los conceptos. De ahí que su prepostre de gelatina de té especiado con lichis, pétalos de rosa y frambuesa servido con sorbete de fresa cumpla a la perfección su función de limpiar el paladar para prepararse para un espectacular postre. En nuestro caso, el elegido fue el Ultra Noir con garrapiñada de avellana, salou y helado de café especiado, acompañado de algunos gajos de naranja sanguina y pomelo
Zinbar Barcelona quiere demostrar que la cocina marroquí va mucho más allá del cous cous, sin descartar los platos más tradicionales. El Mazari Youssef se esmera en lanzar este mensaje a través de una cocina elegante y armoniosa. De él sabemos que se formó en Casablanca, donde estudió gestión de hostelería. Unos estudios que incluían prácticas que Youseff realizó en la cocina y así descubrió su vocación. Decidió profundizar más y formarse para lo que asistió a la escuela Terra d’Escudella y completó con cursos en Hofmann.
Soñar es gratis, y por eso, al acabar su formación, Youssef pensaba en conseguir trabajar en un restaurante con 3 Estrellas Michelin, pero la realidad es otra y enseguida se dio cuenta que su prioridad era la pasión que sentía por la cocina más que la gestión de un negocio. Quizá por esa razón, uno de sus referentes gastronómicos es Michel Bras, del que ha aprendido humildad, dedicación y discreción.
Zinbar Barcelona rompe moldes, y, aunque es cierto que la fusión está muy presente al apreciarse mezclas y toques de cocina francesa, también lo está la cultura culinaria de su país.
