La divertida terraza Bonavista corona el Hotel Moxy con cócteles y cocina a la fresca
El Hotel Moxy, esa divertida e irreverente creación que relevó el año pasado al anacrónico Expo Hotel junto a la estación de Sants, se merecía una terraza a la altura. Se la ha proporcionado su alianza con el infalible Grup Confiteria, que no deja de crecer en Barcelona y ahora ha coronado nada más y nada menos que 500 metros cuadrados de terraceo con una fórmula de atractivos cócteles y gastronomía desenfadada y en sintonía con el colorido escenario. Se llama Bonavista, y ya es cita obligada de la temporada.
El ‘look’ de ese entorno, con capacidad para más de 200 personas y vistas que sin esfuerzo abarcan de Montjuïc al Eixample, rompe con el de cualquier otro ‘rooftop‘ de la capital catalana. Su aspecto setentero, pop, de intensos rojos, amarillos, verde, fucsia, violeta… y que recuerda a algunos edificios retro en Miami Beach, no deja indiferente. Desemboca en un ambiente informal, donde apetece tomar algo a cualquier hora (bajo sus toldos), pero en especial en estimulantes tardeos, donde coinciden jóvenes barceloneses y parte del turismo alojado, sea para un brindis estival o para comer o cenar en las alturas.
Cabe recordar que Moxy es la marca más divertida y canalla del gigante de la hotelería Marriot, gestor del hotel en alianza con Selenta Group. Con 414 habitaciones y un interiorismo moderno y atrevido, confiaron en el Grup Confiteria (que suma y sigue locales donde comer o beber en Barcelona, como la recién recuperada La Font del Gat, Ultramarinos Marín, el Bar Muy Buenas…., y las archipremiadas coctelerías Paradiso y Dr. Stravinsky, entre otras) para sintonizar con la oferta que ya desplegaban en su planta principal y otros espacios comunes.
Pichiglas Studio vuelve a firmar este nuevo proyecto del grupo catalán, que tiene la virtud de apuntar sobre todo al público local, a base de ambiente y precios muy contenidos. Las tardes de rumba en su programación son un ejemplo.
Diversión y guiños locales
Y también hay referencias locales imprevistas, como los obstáculos del minigolf que dinamiza una parte de la terraza, inspirados en iconos como el Cobi olímpico o la Torre Calatrava. Por cierto, incluso han colocado pista de curling, para quienes no se conforman con la contemplación. La piscina del nivel superior, no obstante, es para los huéspedes.
Cóctel para empezar o acabar
Entrando en materia, lo más fácil de entrada es sucumbir a un cóctel, que aquí nutren con carta propia –obviamente más popular que en sus coctelerías de autor–, pero bien elaborada, resultona y estimulante. En ese Cocktail bar, en encendidos rojos y naranjas y con aire de Dinner americano, se puede aliviar la canícula a base de hits como su Spicy Mango con tequila, jengibre, chipotle y sake yuza; el Melon Melon a base de vodka, melón, verdejo y ‘bitte’ de menta o el Bonavista Hurricane con ron añejo, ron picante, amaretto, ‘shrub’ de mandarina y zumo de limón. También destaca su propia versión de Bloody Mary, idónea para abrir el apetito.
En cuanto a la mesa, la carta de temporada, que han ido afinando en estas primeras semanas, es más que correcta en el contexto y en relación calidad precio. No hay platos sorprendentes ni con pretensiones, pero el repertorio es fresco, solvente e idóneo para compartir en buena compañía. Para picar no faltan los clásicos mediterráneos, como Calamares a la andaluza (14,5 euros), Gambitas fritas, una muy rica Ensaladilla rusa escabechada (7,5 euros) y Ostras, entre otros clásicos.
Hay ensaladas, platos de la huerta más llamativos como la Milanesa de berenjena (12,5) o el Carpaccio de calabacín con sardina ahumada; unos pocos bocadillos poderosos, como el Cubanito (lomo de cerdo asado, jamón dulce, queso suizo, pepinillos y mostaza) y la Hamburguesa de la casa, con mermelada de bacon y salsa americana, que sirven con patatas; o una selección de platos con huevos que se salen de lo habitual (como la sabrosa Tortilla carbonara con idiazabal ahumado y finas láminas de panceta ibérica; o los Huevos fritos con gamba de cristal).
Rondando los veinte euros hay dos opciones de arroz (con salmonetes o con secreto ibérico), mientras que los principales se completan con cuatro de pescado y otras tantas de carnes. A destacar el Pulpo frito con hummus de lentejas y encurtidos, 16,5 euros, en una combinación de contrates original y que no eclipsa al protagonista). Y también la tiernísima y bien braseada Pluma Ibérica con chalotas, espárragos y cremoso de chirivía.
La pequeña carta de postres incorpora fruta a casi todas las propuestas para aligerarlas (Fresas con mascarpone, Piña colada, Plátano glacé…), así como helados. Aunque muchos cierran la sesión con un buen trago y por supuesto alargan la velada.
Aunque el espacio abierto de terraza y los chill outs son protagonistas en verano, las salas semicerradas de comedor permitirán a Bonavista seguir siendo un punto de encuentro incluso en invierno y a todo color.
Bonavista. Hotel Moxy
Mallorca, 1 08014 Barcelona 646 95 31 60
