Vinyes Domènech, los vinos botánicos de Montsant.
En Vinyes Domènech están atentos a lo que les rodea y a cómo les condiciona estar donde están en el resultado final de sus vinos. Pero eso no es ningún problema, más bien todo lo contrario. Para ellos es un privilegio conocer lo más detalladamente posible su entorno y así sacar el máximo provecho de lo que la naturaleza les regala. Sin alteraciones, dejándose invadir por la botánica que tienen en sus viñas nacen sus vinos.
Dicen que los vinos saben a aquello que les rodea, por lo menos, los que son mínimamente manipulados, y que se impregnan de la tierra, de la mineralidad del suelo, del clima, de las plantas… El vino vive, se transforma y cambia. Un tema de conversación repetido en más de una ocasión con Umami Barcelona que ahora nos presenta un proyecto del que ha formado parte y que podríamos llamar enobotánica.
Cuando pensemos en Vinyes Domènech no debemos hacerlo sólo como una bodega con una fuerte apuesta por el cultivo ecológico y biodinámico. Al fin y al cabo, cada día hay más que se dedican a este tipo de agricultura. Debemos ir algo más allá y pensar en ellos como una bodega que quiere reflejar su forma de vida mediante un equilibrio que intentan empaquetar de alguna forma para poder regalarlo a todos aquellos que visiten sus tierras.
El paseo por tierras de Vinyes Domènech quiere transmitir todo lo que la familia ha querido plasmar en sus vinos, provocando una conexión del público con la naturaleza. Además de valerse de su propio conocimiento y virtud, han englobado toda esta riqueza para que pueda ser disfrutada con más sentidos.
Para ello, Joan Ignasi y Rita, ilusionados por presentar de alguna forma un concepto fidedigno a su estilo, han identificado la botánica de sus tierras de Montsant para poder conseguir el maridaje perfecto al que se llega por tener la misma base. Los vinos plasman la flora de cada estación y es fácil identificarla en sus blancos y sus tintos. Pero había que hacer algo más para hacer participar al público de todo ello.
Por ello, con gran sensibilidad en el trato de los ingredientes se han creado actividades únicas para sacar el máximo provecho, elaborando un calendario que permita disfrutar de diferentes experiencias con diferentes formatos. Una de ellas es “Maridaje con plantas, flores, frutos silvestres del paisaje de Vinyes Domènch“.
Un paso previo ha sido la clasificación de las plantas que habían identificado para que pudiera servir cómo guía a la hora de combinar los vinos y los platos. Las plantas que rodean a las variedades blancas o tintas serán el nexo en común que se reflejará en la copa y en las propuestas gastronómicas creadas por Iolanda Bustos, Chef de La Calèndula.
Mediante la cata directa de la propia planta antes de ser manipulada en cocina y de los vinos Bancal del Bosc (blanco y tinto), Furvus,o Boig per tu o el Rita se inicia una actividad que nos dará las pautas para identificar todas esas plantas en los vinos. La actividad pretende que se consiga de forma fácil como han incidido en cada parte del terreno de la viña.
Después de las catas, Iolanda Bustos propone una comida o cena en la misma línea, en la que podemos encontrar platos con ingredientes como ostras, foies, roast beef, pies de cerdo o brioxe de romero para los que no prescinden de trufas, hierbas, flores, frutas del bosque y frutos secos. Un menú dinámico que se irá adaptando a la época del año y a lo que la naturaleza provea.
En su calendario pueden verse también los maridajes de sensaciones. Unas propuestas gastronómicas únicas para las que se eligen plantas, productos de temporada y artesanales con los que conseguir unas buenas armonías. El foie gras de Coll Verd o quesos entre otras propuestas, serán presentados y cocinados por chefs del territorio.
Vinyes Domènech planea una forma diferente y amena de conocer el origen de unos vinos influenciados por el conjunto de hierbas que les rodea en la zona del Montsant en la que se ubican. Olvidemos la típica visita a las instalaciones. Ellos, saliendo de lo común, unen todo mediante la degustación del vino y la recreación en el paisaje; mediante las especies y el equilibrio. Todo a la vez.
En definitiva, un maridaje mimético.