Piú di Prima, la vuelta de un clásico de la cocina italiana.
Este restaurante ha reabierto recientemente sus puertas con un cambio de ubicación y de gerencia pero con la misma esencia de siempre.
A la cocina italiana le pasa lo mismo que a la mexicana. Manida y versionada hasta la saciedad, en ocasiones nos cuesta distinguir qué es lo auténtico de lo adaptado y ya no sabemos si lo primero fue antes que lo segundo o viceversa. Así que regresar a un local donde el producto es lo primero y la autenticidad prima sobre lo comercial merece todo nuestro respeto. Así es como nos hemos sentido en Piú di Prima, un restaurante que acaba de reabrir sus puertas en el Paseo de Pintor Rosales tras un parón de unos años para coger el testigo del que en su día fue el restaurante de la alta cocina italiana en Madrid.
El espíritu del mismo se ha mantenido imperturbable desde entonces. Autenticidad, calidad y sabor, tres reglas de oro que sitúan a este italiano entre los imprescindibles de los que adoran este tipo de cocina. Al frente de sus fogones se encuentra Stefano Franzin que regresa a las cocinas de Piú di Prima tras un periplo internacional que le ha aportado un sabroso bagaje que ahora pone a disposición del comensal.
El planteamiento gastronómico de Piú di Prima dista algo del resto de los italianos a los que solemos visitar. En primer lugar, en su carta no encontraremos pizza ni nada que se le parezca. En segundo lugar, su cocina está regionalizada y aunque tiene platos que son un gran exponente de la comida italiana en general, también encontramos otros que encuentran su origen en la región del Véneto, de donde es originario Franzin. Y en tercer lugar, y aunque su comida tiene sello italiano, lo cierto es que mezcla productos de otros países y los readapta a la cocina tradicional de esta región de Italia. El resultado son ricas y sabrosa recetas, poco comunes en otros restaurantes de este estilo.
Así, entre sus entrantes encontramos el vitello tonnato, un plato típico de la región de Piamonte (al norte de Italia) que se toma frío. Su fundamento es una fina carne de ternera servida con salsa de atún y alcaparras.
Su apuesta fuerte, como no podía ser de otro modo, es la pasta fresca y artesanal. Como guiño a esa cocina con influencias, encontramos los ravioli rellenos de brandada de bacalao con crema del piquillo, o el raviolone (y no ravioli debido a su gran tamaño), relleno de crema de parmigiano, yema de huevo de corral, espinaca y trufa rallada al momento. Otros platos de pasta que no pueden faltar son los spaguetti al nero di sepia, con langostinos al ajillo y tomate cherry, una receta típicamente veneciana.
Los risotto también son otro de los platos que no deben faltar en la comanda, elaborados con arroz italiano y terminados con trufas del país alpino. Si tienes ganas de seguir, te recomendamos alguna de sus carnes, como la milanesa de ternera, servida en una tabla de madera ideal para compartir.
Todo buen italiano, además de por su pasta, se mide por sus postres y aquí son soberbios. Deja espacio para saborear alguna de sus propuestas como el clásico tiramisú, el strudel de manzana (influencia del sur del Tirol) o el refrescante semifrío de mojito en tres texturas.
La contundencia de la cocina no se refleja, sin embargo, en el espacio, sobrio, clásico y algo alejado de los finos parámetros estéticos a los que nos tienen acostumbrados los restaurantes italianos, que refinan buen gusto por doquier.
Esperemos que el actual Piú di Prima recupere todo el brillo y esplendor que cosechó en el pasado y devuelva a este restaurante al podium de los italianos en Madrid.
Dirección: Paseo del Pintor Rosales 30
Horario: de lunes a sábado de 13:00 a 16:00 horas y de 20:30 a 24:00 horas. Domingos de 13:00 a 16:00 horas
Precio medio: 45€