Vinya Celler Masia, dignificando la elaboración del vino.
El proyecto retoma la actividad para para animar la inscripción de nuevos miembros.
Vinya Celler Masia es un proyecto enfocado con ilusión, alentador y con ánimo de lograr una distinción en el mercado del vino. Está dirigido a aquellas bodegas que cumplan el proceso integral de elaboración del vino: cosecha, elaboración y comercialización.
Ideas que se resumen en una sola frase que también es su lema: Vinya Celler Masia, senzillament, cullita pròpia (Vinya Celler Masia, sencillamente, cosecha propia).
Tres son los compromisos que este consorcio toma como pilares: la viña, la bodega y la Masia como ejemplo de territorio y arraigo.
Vinya Celler Masia agrupa bodegas de toda Catalunya. Hoy son nueve las que forman parte, pero todas aquellas que cumplan los requisitos serán bienvenidas. El objetivo será realzar su forma de elaboración como un valor diferenciador en el mercado.
Hablamos de una asociación que quiere recuperar aquel “vi de pagès” que se hacía en casa para darle valor y dignificar una forma concreta de elaborar vino. Pueden ser bodegas propias o bien pequeñas bodegas que se han unido bajo una marca comercializadora. Pero siempre se deben dar las tres condiciones que cierran el círculo. Podríamos decir que sus miembros son los herederos de los antiguos pageses que hoy han perfeccionado la elaboración.
Vinya Celler Masia tiene que matizar y perfilar algunos de los conceptos. Son conscientes de que les queda trabajo por hacer. Aún así, el proyecto continúa y en él se implican tanto los directivos como las bodegas.
En el acto de presentación, el presidente de la entidad Francesc Soriol ha reclamado la necesidad de ser coherentes con sus valores para darle al consumidor final una garantía basada en el proceso de elaboración. Asímismo, Salvador Puig, director de l’Institut Català de la Vinya i el Vi (Incavi) ha indicado que “la iniciativa es fruto del dinamismo y de las inquietudes que de los elaboradores y viticultores”
Las nueves bodegas que hoy forman el consorcio son:
- Baronia de Vilademuls. DO Catalunya. Producción: 2.2oo botellas al año.
- Bolets Vins i Caves. DO Penedès y DO Cava. Producción: 70.000 botellas al año.
- Carles Andreu. DO Conca de Barberà y DO Cava. Producción: 135.000 botellas al año.
- Vins El Cep. DO Penedès y DO Cava. Producción: 350.000 botellas al año.
- Mas Foraster. DO Conca de Barberà. Producción: 150.000 botellas al año.
- Can Marlès. DO Penedès. Producción: 30.000 botellas al año.
- Celler Parató. DO Penedès y DO Cava. Producción: 150.000 botellas al año.
- Suriol. DO Penedès y DO Cava. Producción: 150.000 botellas al año.
- Vega de Ribes. DO Penedès. Producción: 15.000 botellas al año.
Vinya Celler Masia es un gran proyecto para ensalzar el trabajo de muchos viticultores. Y es muy loable, pero nos hace cuestionarnos ¿qué pasa en el sector vitinícola?
Sellos de calidad, de garantía, vinos y cavas que se distinguen por ser de una sola finca… Asociaciones como Qalides y Corpinnat o los Cavas de Paraje son algunas de estas distinciones que te indican algo concreto. Curiosamente su finalidad es llegar al consumidor final, hacerle saber que está comprando un producto de calidad. Pero ¿realmente ese cliente final lo sabe?
Hace tiempo que se habla de acercar al público joven al vino. De popularizar un mundo a todos aquellos que nos gusta una buena copa. Pero sigue dando miedo el lenguaje técnico y tira para atrás implicarse en la elección de un vino. Aún no se logra.
Y es que gran parte de ese público no necesita tanta información. El consumidor, cuando compra lo hace por precio, porque alguien le ha aconsejado o incluso porque le llama la atención la etiqueta. Y no digo que no deba ser un hábito a cambiar, pero primero deben hacerlo los profesionales del vino. Porque ellos y ellas son los que tienen el interés.
Se siguen buscando fórmulas y sellos de garantía, pero no son para ese público final que irá a la tienda y preguntará por un buen vino. Y hay muchas probabilidades de que la frase siga con un “que valga menos de…”.
Y no olvidemos que hay otra figura implicada: la del vendedor. Si tiene algo de formación, podrá asesorarle más o menos y explicarle que significado tiene cada una de las distinciones. Pero ¿lo hará? ¿No será más probable que opte por un vino bien hecho? ¿O por uno que le deje un mejor margen a la tienda?
Sea como sea, Vinya Celler Masia sigue luchando por lo que cree, una apuesta a los antes eran vinicultores y hoy son viticultores.