Can Roca Taberna
Llega el frío y empiezan a apetecer platos “de cuchara”. Hoy os llevamos a un barrio totalmente desconocido para nosotros, Sant Andreu, concretamente a Can Roca Taverna, en Gran de Sant Andreu, 209. Un barrio que nos apuntamos para descubrir, porque en la visita de Can Roca advertimos que tiene rincones muy atractivos. Pero esto será poco a poco. Ahora vamos a centrarnos en este bar restaurante que inaugurará la sección de “Bares auténticos, a los que nunca entrarías”, esos lugares que por el aspecto exterior, piensas que posiblemente solo puedes encontrar cuatro mesas mal puestas, dos cajas de dominó y poca cosa más que cañas y carajillos.
Can Roca Taverna
Cuando entramos confirmamos el dicho de que “las apariencias engañan”, porque el interior dejaba intuir algo de historia entre sus muros. Sin grandes pretensiones, encontramos mesas de mármol, azulejos y reseñas de prensa enmarcadas colgadas en las paredes, además de premios y menciones a la cocina de este restaurante.
Interior Can Roca Taverna
Una barra a la izquierda y las mesas a la derecha, todo a la vista, no hay distinciones ni comedores apartados. Un sitio para la convivencia de las visitas cortas de barra y las cenas o comidas en mesa más o menos copiosas (más bien más, ya sabréis porqué).
Interior Can Roca Taverna
Teníamos una reserva y la mesa preparada. Enseguida nos sentamos. No hay cartas ni menú impreso. Son los camareros los que, como antes, nos cantan los primeros entre los que podemos elegir, pero no te dicen cuáles serán los segundos. Hacen bien, pues no seríamos capaces de retener la información. Entre los primeros, dos platos llevan garbanzos: Uno, los callos y el otro garbanzos con bolets y gambas: Dos tipos de canelones: de pescado y de pato con Foie, y un plato de lasaña. Toma ya! Así que tomamos aire y empezamos escogiendo los callos con garbanzos y los canelones de foie y pato.
Callos
Los callos, pues que os voy a contar, caseros, y un plato a rebosar. Con una guindilla, por si quieres añadirle picante, es un plato para tomar en diciembre, enero, febrero…pero no demasiado recomendable para Julio. Aunque la verdad, con semejante pinta, pues te puedes armar de valor y tomarlos, siempre que luego te puedas pegar una buena siesta!.
Canelones de Pato y Foie
Los canelones de pato y foie estaban bastante sabrosos. Grandes, con una buena bechamel y un pelín aceitosos, pero hay que ser consciente de los ingredientes que lleva. Un plato potentísimo del que no quedó nada en el plato. Ciertamente, estaban muy buenos y bien rellenos. Pensad que estos van sin queso gratinado, es un ingrediente que tenéis que sumar
Seguimos para bingo: los segundos. Vuelve el camarero y nos vuelve a relatar la oferta para que elijamos. Dado los primeros, la intuición nos decía que no encontraríamos platos precisamente ligeros. El colesterol de nuestras venas iba dando saltos de alegría!. De los que conseguí recordar y apuntar, había bacalao cocinado de tres formas diferentes, calamares rellenos, pies de cerdo deshuesados rellenos de manzana, cordero al horno y rabo de toro. Nos decantamos por un plato de bacalao, por aquello de compensar algo y por los pies de cerdo.
Bacalao a l’Empordanesa
Cuando llegó el bacalao vimos que compensar, lo que se dice compensar, tampoco íbamos a conseguirlo. Bacalao a l’Empordanesa: con piñones, pasas y cebolla caramelizada. Acompañado de un pimiento frito y patatas. Otro rotundísimo plato, un buen taco de bacalao con gran compañía, y muy bien guisado.
Pies de cerdo deshuesados rellenos de manzana
Los pies de cerdo deshuesados, por mucho que estuvieran rellenos de manzana seguían la línea marcada hasta ahora. Servidos con la misma guarnición que el bacalao, patatas y pimiento, y una salsa donde todo “navegaba”. De mojar y mojar pan.Casi un plato de cuchara. De sabor, pues también bueno, para que nos vamos a engañar, aunque tenía cierta similitud con los callos.
Temiendo la hora de los postres, vuelta a la memoria del camarero con lo que han preparado: flan de Mató, Tiramisú, Pastel de crema Catalana con virutas de chocolate, Flan normal…Dejamos los flanes y nos vamos al Tiramisú y al Pastel de Crema Catalana. De perdidos, al río. Después de la comida tan baja en grasas y calorías que habíamos tomado, no íbamos a preocuparnos por hacer un exceso ahora 😉
Tiramisu
El Tiramisú era casero, seguramente como todo lo que hacen aquí, pero no estaba demasiado conseguido. Era bueno, porque malo es difícil que esté, pero hemos comido mejores.
Pastel de crema catalana con virutas de chocolate
La Tarta de Crema Catalana tampoco estaba mal, pero le faltaba un punto de dulce, quizá esperaba la parte quemada que no tenía y el chocolate no compensaba esta falta. Por lo que vi en la mesa, deberíamos habernos tirado al flan de mató, que al parecer es su especialidad.
Vino de mesa
Todo esto acompañado de la única forma posible: vino de mesa de la casa. Ni idea de cuál era, aunque no era de los que exigía gaseosa, la verdad. Era un vino equilibrado, pero no puedo deciros nada más sobre él. Servido directamente del barril a una botella que nos dejan en la mesa.
En general: comida excesiva en grasa. Es cierto que al final elegimos nosotros, pero las opciones no eran muy variadas. Quizá si pides una ensalada y algo a la plancha te lo hacen, estamos seguros, pero no se trata de eso, sino de probar de todo para luego elegir dónde debemos ir en cada momento. Hay un sitio para cada ocasión. Todo comida casera y sencilla, de ese tipo que lleva tanto ingrediente y tanto tiempo de cocción que es imposible que esté mala. Pero comida de invierno, unos platos que nos imaginamos como aquellos cocidos de pueblo que cuando se volvía de trabajar el campo te acariciaban el olfato al abrir la puerta de casa. Algo que, para nosotros, puedes comer de vez en cuando, pero siempre y cuando durante los 30 días siguientes no tengas que hacerte un análisis de sangre. Todo muy sabroso, sabemos que las grasas potencian los sabores, pero con un velo del mismo toque en el paladar que cubría todos los platos: sabores parecidos, sobre todo en los callos, pies de cerdo, y rabo de toro. Las mismas guarniciones en todos los platos, sean carnes o pescados y el mismo adorno de reducción de vinagre por encima.
Can Roca Taverna
Apuntado como sitio para entrar en calor, para cometer excesos y para cuando no buscas platos creativos o innovadores en texturas. Para días en los que te puedas permitir una larga sobremesa. El precio: 25 Euros aproximadamente por cabeza. Bajo nuestra opinión, tirando a caro. Pero como siempre decimos, no hay mejor dinero que el gastado en uno mismo y el valor de las cosas siempre depende de la satisfacción que te aportan!!
Un sitio auténtico, de olla y cocción de horas, un bar “de los que nunca entrarías”
Si pensáis ir el fin de semana a mediodía, reservad, está lleno. Para cargar mucho las pilas este invierno.
Sandra Pavón
Jajaja pues sí que era contundente sí! Pero bueno esto como todo, para gustos los colores!
Baco y Boca
Exacto!!. Todo tiene su sitio en la vida!.
David Pla
Me lo apunto! me pilla muy cerca, pero por lo que veo me esperaré a que haga más frio
Baco y Boca
Bueno si luego te puedes pegar una siesta...