Chigre 1769 la unión de Catalunya y Asturias

Chigre 1769 es la nueva aventura de Fran Heras y Eva Arbonés. En el Born acaba de abrir sus puertas este nuevo local que quiere traer algo de la gastronomía asturiana a Barcelona sin olvidar dónde está. Para esto, no deja de lado los productos catalanes.

Fran Heras, ya apuntaba maneras con la cocina asturiana en Llamber, que consiguió consolidar con elaboraciones más gastronómicas y con cantidades más comedidas de las que suelen ser habituales por aquellas tierras. Pero en el Chigre 1769 la idea es aplicar una filosofía que une las dos culturas alrededor de una mesa: “fartarse”. Para ello se asocia a Eva Arbonés, responsable de la sala y la bodega y se dan la mano para este nuevo proyecto.

En Barcelona hay una gran representación de otras comunidades, pero no la hay de asturianos. O son muy discretos. Es curioso, pero hasta no saber de el Chigre no fui consciente de que hay muy pocos sitios en Barcelona donde tomar sidra o unas buenas fabes con almejas. Chorizo a la sidra si lo podemos encontrar, pero no en lugares donde la gastronomía asturiana sea la protagonista, sino como una tapa más en algunos bares.

Es posible que este hueco lo hayan visto también ellos. La visión de cubrir esta carencia y, por su puesto, la tierra que tira, puede que sean los motivos para enseñar a los barceloneses cómo y qué comen los asturianos en un ambiente informal. Algo muy parecido a lo que aquí sería una vermutería, es, en Asturias, un Chigre. Una mezcla en la que ya se advierte que hay algo de las dos partes, sin pretensiones de ser exactamente ninguna de las dos, simplemente, ofrecer lo mejor de cada una.

Un chigre es un cabestrante, un aparato utilizado para recoger cables. Cuenta la leyenda que un marinero se basó en el mecanismo de un chigre para construirle a su mujer un artilugio para que pudiera abrir las botellas de sidra con facilidad. Desde entonces, en los lugares donde se vendía sidra se tenía este aparato para la apertura de las botellas y el nombre fue adoptado por los locales, quedando como Chigre el lugar donde se vendía y se tomaba sidra, pero también donde se compraba cualquier cosa para la subsistencia. Con los años, el Chigre quedó como el lugar de reunión donde todo el mundo se mezcla.

Esa mezcla es la que quieren conseguir en El Chigre 1769, la reunión de todo el que quiera un alto en el camino. Pero también la reunión del producto, ya que solo encontraremos producto de proximidad, de pequeños productores de aquí y de allí. Jugar y mezclar, hacer un empedrat con faba verdina o un chorizo ahumado a la sidra de Cal Tomás. Pero es imprescindible la sidra y los vasos adecuados para que un buen escanciador te la ofrezca en su punto (tarea nada fácil), y algo de serrín en el suelo para hacer un guiño a aquellos locales ya desaparecidos y en los que las virutas quedaban bien empapadas. En este caso en concreto, también son imprescindibles los vinos catalanes, incluyendo los vermuts. Nada de refrescos y nada de cafés.

Chigre 1769 está ubicado en el barrio del Born, al pie de Santa Maria del Mar, en un local de 1769, de ahí su nombre. Una decoración rústica emula el ambiente de las sidrerías más auténticas. Maderas, una buena barra, y mesas altas; cestas con su precio etiquetado colgando del techo y un buen pescado fresco a la vista. En su carta se pueden encontrar los famosos mejillones tigre (en este caso del señorito) , unas buenas anchoas, percebes si toca, o embutidos. Eso para empezar.

Pero puedes seguir y aprovechar la visita para hacer algo más que un vermut y no dejar pasar lo que allí luzcan del Cantábrico. Una buena lubina salvaje que da para 4, hecha con Josper con un especial chimichurri de algas, unos tortos con cordero ecológico Xalda, de reciente recuperación o, el imprescindible surtido de los quesos más auténticos de la zona para que los incondicionales se hagan una degustación única de uno de los más preciados manjares asturianos.