Casa Anamaria: habitaciones y villas para sentirte como en casa.
Victor Trochi es el chef ejecutivo de este hotel cercano a Banyoles.
Sabemos que en Girona hay mucho más que Costa Brava. Hay rincones en el interior que aún no siendo bañados por el Mediterráneo están presentes como opción a la playa, aunque es cierto que lo están de una forma mucho más anónima. No por eso hay que olvidarlos ni despreciarlos, porque justamente estos lugares son un claro ejemplo de un territorio más auténtico. Uno de ellos es Casa Anamaria.
Antiguamente Can Motas, la masia del siglo XIV es hoy un hotel para todos los públicos aunque en su origen sólo lo fuera para Pedro IV El Ceremonioso. Hablamos de hace muchos años, de cuando las villas eran una reunión de casas más o menos esparcidas, que con el paso del tiempo se acabaron reformando y adaptando, formando la que hoy es la población de Ollers en la comarca de Pla de l’Estany.
Si bien las casas se han ido amoldando a los tiempos, añadiendo porches, trasteros o almacenes; el entorno de Casa Anamaria parece haberse quedado estancado en aquella época. Hospedarse en el que hoy es un hotel de lujo supone disfrutar de sonidos y rememorar colores de la naturaleza algo olvidados para los urbanitas. Eso sí, sin renunciar a la comodidad de la que hoy en día ya no podemos prescindir, integrada en el hotel de forma que no altera ni el descanso ni las vistas.
Olivier Mitterrand, sobrino del que fuera Presidente de la República Francesa, es el propietario de Casa Anamaria. Cuando fue comprada respetó el edificio, pero construyó una masión con estética gala, rodeándola de un gran jardín. Para ello contó con el arquiteco Xavier Gelabert y el paisajista Martirià Figueras. El resultado son 70 hectáreas para disfrutar de la naturaleza en un lugar que se encuentra cercano a varios puntos de atracción de la zona, como el lago de Banyoles, la Costa Brava, Figueres o el sur de Francia.
En total el complejo consta de tres edificios que reúnen 28 habitaciones, ocho de ellas con cocina propia. En ellas el descanso y la comodidad están asegurados en los momentos en los que se prefiera más intimidad. Sin embargo, en aquellos otros en los que prefiramos disfrutar del entorno o incluso ver otras caras, instalaciones como la piscina de agua salada, la biblioteca, los salones, la pista de tenis o incluso el jardín son los lugares comunes que Casa Anamaria pone a disposición de los huéspedes.
Sus villas son una de las mejores opciones que puede elegir una familia. Sin renunciar a la cercanía, ya que se encuentran dentro del recinto, permiten disponer de las comodidades e intimidad como si fuera una casa propia, incluyendo cocina.
Gastronomía en Casa Anamaria.
Víctor Trochi es quién ha tomado las riendas de todo lo que sale de las cocinas y se sirve en Casa Anamaria. Un restaurante gastronómico en el que la tradición de la cocina catalana se plasma en los platos utilizando siempre productos frescos del territorio; un bistró más informal junto a la piscina, en el que tampoco se renuncia a la calidad y, por supuesto, un desayuno completo que sigue la misma línea de exhibición de productos catalanes, son los espacios dedicados al buen comer en Casa Anamaria. El producto y la tradición están presentes en cualquiera de los comedores del hotel.
Víctor se formó con Martín Berasategui. Obtuvo una Estrella Michelin en el Skina de Marbella y otra en su propio restaurante Les Magnòlies de Arbúcies. Su trabajo ha sido reconocido, además, con el premio Gormetour al mejor postre del mundo y también como creador del mejor desayuno de hotel de España. Ahora encara una nueva etapa en Casa Anamaria centrado en armonizar su cocina con el entorno que le rodea. Influenciado por la obra de Salvador Dalí, Víctor aporta a su cocina improvisación, producto y la identidad de su tierra de acogida.
En el restaurante más gastronómico el chef introduce toques más creativos que logran conseguir platos como Obulato y anchoa, Oreo de foie y avellana, tomate con sandía y gamba o niguiri crispy de atún. Con ellos y con otras elaboraciones presentan un menú degustación de temporada, dinámico y flexible siempre abierto a cambiar e introducir platos según el producto fresco del que puedan disponer.
Lo más sencillo es muchas veces lo que más nos gusta saborear en los momentos de relax. De ahí que el pan de coca artesano con tomate, las anchoas artesanas, el jamón ibérico, los embutidos y quesos sean obligatorios en su bistró. Todos ellos sirven como entrantes mientras que la barbacoa toma la temperatura adecuada para empezar a asar el Black Angus o el pulpo que acabarán por redondear una comida perfecta antes o después de disfrutar de las tumbonas de su piscina de agua salada.
