Restaurante Windsor presenta su menú de guisante garrofal
El restaurante del Eixample servirá un menú degustación del 4 al 17 de febrero.
En su día Windsor apostó por el menú de Escudella. Hoy es ya un menú fijo que se ha quedado durante todo el otoño e invierno y que se sirve todos los martes y miércoles. Ahora presentan su menú elaborado con guisante garrofal.
El menú estará vigente sólo una quincena del 4 al 17 de febrero y se servirá los jueves, viernes y sábados tanto a mediodía como por la noche con opción a maridaje.
Hasta ahí parece fácil, pero no debemos olvidar la delicadeza de un producto como este. Su propia temporalidad hace difícil correr el riesgo de comprometerse a ofrecer un menú elaborado exclusivamente con guisante garrofal. Pero también es cierto que su sutileza supone un reto para cualquier amante de la buena cocina y, por supuesto, para cualquier chef.
No es solo la temporalidad del producto sino también condicionantes ajenos como las heladas lo que marcarán que este menú pueda alargarse. Al parecer, la quincena está asegurada aún habiendo sufrido heladas que han provocado una merma importante de la producción de sus proveedores, además de una subida de precio del guisante garrofal en el mercado, que ronda actualmente los 150 € por kilo.
Joan Junyent, gerente del Windsor y promotor de la línea gastronómica que el restaurante ha tomado en los últimos años, nos explica que la idea de este menú es sencilla:
“Tenemos un producto excelso que no queremos modificar, solo combinarlo con otros productos que ayuden a ensalzarlo.”
El menú consta 5 platos, un prepostre y un postre. Para empezar proponen un tartar de guisantes. Servidos casi crudos con la idea de hacer notar el frescor de la legumbre, se les añade la salsa de tartar, mango fresco y cangrejo real que le aporta un toque salado.
Para continuar llega un erizo de mar fresco con guisante garrofal y trufa negra. Poco podemos añadir de este plato que sirve para lucir tres de los mejores productos gourmet que existen. A continuación, en una pequeña olla, llegan unos callos de mar elaborados con tripa de bacalao, alcachofa y butifarra.
Para seguir, no falta un buen arroz cremoso de guisantes y cabeza de gamba en el que el guisante garrofal y el arroz se reparten a partes iguales el protagonismo, siendo el 50% para cada uno. Con un sabor muy potente derivado del fondo elaborado con las cabezas de las gambas se adorna con la propia flor de la planta del guisante que es comestible.
La magnífica sobrecostilla de buey angus elaborada a baja temperatura con 22 horas de cocción a 70º no necesitaba presentación ninguna. Melosa y tierna, es el plato más contundente del menú da punto y final a los platos salados dejando un buen sabor de boca.
Para limpiarnos el paladar, un prepostre. En este caso muy sorprendente: menestra dulce de guisantes con frutas y flores. Para elaborar esta especie de sopa fría utilizan la osmosis entre el guisante y un almíbar fruto de envasar al vacío tres veces los guisantes. Le añaden un toque de jengibre limón para conseguir uno de los platos más curiosos de este menú.
Para acabar un postre que aunque sale del menú, es éxito asegurado: Ravioli de pan fino con aceite, sal, guisantes deshidratados y chocolate.
Para maridar el menú se han escogido vinos de proximidad como el Xarel.lo vermell de Caves Nadal; Vora la Mar, xarel.lo DO Alella; Clos Lentiscus, xarel.lo ecológico y natural con crianza en hormigón; Casa Vella d’Espiells, un tinto cabernet sauvignon de Juve y Camps y un magnífico vino dulce Dolç Mataró de Alta Alella para acompañar el postre.
David Rodríguez y Carlos Alconchel son los artífices de este magnífico menú ofrecido en Windsor. Querían hacer un menú degustación y descartaron la trufa por resultar algo repetitivo. Pensando en un producto diferente llegaron al guisante. Aunque están mucho más limitados por la temporada tan corta que tiene este producto, no quisieron dejar la oportunidad de lucirlo.
Un producto con el que poca gente se atreve, quizá por esa misma razón. Si bien hay restaurantes que ofrecen platos, es difícil encontrar un menú degustación. Les gustaría poder alargarlo, pero dependen de la regularidad de sus proveedores porque lo que no están dispuestos a hacer es a bajar la calidad que les proporciona el guisante de El Maresme.
Pero en Windsor se han atrevido, como lo han hecho en otras ocasiones. Porque trabajar con el mejor producto posible forma parte de su ADN desde que abrió sus puertas hace más de 20 años. Desde entonces, se han ganado una clientela leal nacida de la satisfacción de los clientes al probar platos como su merluza de palangre con asado de alcachofas y jugo de su asado, el arroz a banda o los pies de cerdo rellenos de butifarra del Perol.
Windsor goza de una reputación ganada a pulso, con un buen trabajo y un buen servicio que no quieren olvidar nunca.
Recuerda, sólo quince días para degustar uno de los menús más gastronómicos de Barcelona: el del de guisante garrofal.
El precio de este menú es de 77,50 Euros bebida aparte.