Restaurante DOP
DOP quiere decir Denominación Origen Protegida. Pero vamos a hablar de un restaurante que adopta estas siglas para su nombre quizá para hacer un juego de palabras, que sea fácil de recordar o quizá porque merezca este título.
Hace un año que abrió en Vía Augusta en el local que antes ha albergado otros restaurantes como César Augusto, Roncesvalles o El Bellini. Después de una lavada de cara, Guillermo Ferré lo reconvierte en el que hoy es DOP, un espacio muy amplio, elegante, con grandes mesas, bodega a la vista y una extraordinaria terraza.
De hecho, DOP ya existía en la calle Amigó, pero mucho más pequeño y necesitaba ampliar. Su cocina con Juanjo Rodríguez Thomas como Chef es diversa, renovada pero a la vez clásica, dejando que entre en ella lo exitoso de otros paises y conservando la nuestra.
Platos como el Ajoblanco con Anchoa de L’Escala (una gran combinación) y aceite de Oliva negra conviven con el Tataki de Atún con salsa de soja y helado de wasabi. Un Atún en su punto y un cremoso helado de wasabi, untuoso como una mantequilla que aguantaba perfectamente para comerlo junto con el pescado. Los dos muy buenos.
Su carta contempla diversos formatos: picoteos o platillos más informales como croquetas, jamón ibérico (Maldonado) o ahumados. Pastas y arroces también tienen su lugar, algunos de ellos hechos con al horno Josper que también utilizan para algún Txuletón de Oiartzun a la brasa, pues la cocina vasca está bastante presente.
Los pescados y mariscos tienen su hueco, como el extraordinario Bacalao Skrei con callos de bacalao y guisantes de Llavaneres, la Ostra del Deltebre con Bloody Mary o el Salmón con alga Nori y huevas de trucha que pudimos degustar. Todo muy correcto, aunque personalmente, destacaría el bacalao por su punto de cocción y calidad, igual que los guisantes. Es uno de los platos tradicionales que incluyen en su oferta. Gambas de Palamós, Navajas con vinagreta de Yuzu o Sardinas marinadas con pan con tomate y nube de parmesano son otros ejemplos de su carta tan “polifacética”.
La parte de la tierra, además del Txuletón que ya os hemos comentado, pueden encontrarse Manitas de cerdo deshuesadas rellenas de foie, un Cordero crujiente en su jugo con crema de melocotón o un huevo a baja temperatura con cremoso de patata ahumado y trufa “tuber melanosporum”. Un cordero meloso con la piel crujiente, como debe ser que no había probado nunca con melocotón, aunque la crema no era nada invasiva, más bien una salsa algo dulce, pero sin empalagar. La Parmentier era densa, muy densa y el huevo para los amantes del casi crudo. Hecho lo mínimo. La mezcla era muy buena opción.
Un buen postre culmina una buena comida o cena y si es malo, puede estropearla. Muchos prescinden de ellos, aunque para mi no hay comida completa si no lo tomo. Más o menos trabajados en su presentación, la cocina de Restaurant DOP los cuida. Detalles que los hacen visualmente más atractivos si cabe, provocan caer en la tentación seguro. Los hay más ligeros, como el sorbete de manzana y azafrán o con más “materia” como el Milhojas de mascarpone, azúcar moscovado y fresas al vinagre de Módena que da pena deshacer para comerlo. Otras tentaciones son el Coulant de chocolate blanco con interior de chocolate negro y helado de mango, o la Torrija de briox caramelizada con crema helada de carquinyolis y toffee de miel.
Arnau Marco es quién se ha encargado de la selección de vinos. Una carta con atrevimientos y con una clasificación diferente de las habituales. Para ello se basa en las sensaciones que puede provocar cada botella. No faltarán los clásicos, los naturales, ecológicos o biodinámicos, pero tampoco aquellas pequeñas producciones de uvas autóctonas e incluso recuperadas.
Con DOP es posible que se ahogue el rumor que corre sobre la mala suerte de este local y los restaurantes que allí se instalan. No probé ninguno de los anteriores, y no se si su cierre era de esperar o no, pero lo que está claro es que se ha hecho borrón y cuenta nueva.
A mediodía de martes a viernes puede comerse un menú por 22 Euros de cuatro primeros, cuatro segundos y cuatro postres a elegir, pan y bebida (agua, cerveza DAMM, o copa de vino), incluidos. Su larga barra desde donde ver la cocina es una opción para los que van con menos tiempo. Por la noche también ofrecen un menú por 25 Euros diferente, formado por diferentes tapas de su carta.
Como curiosidad, DOP incluye una zona gourmet de take away para que puedas degustar en casa algunos de los productos que ellos utilizan o incluso los mismos platos que elaboran. A tener muy en cuenta.