Brunch Bananas
“No me Toques al Tigre” es el grito de guerra con el que Bananas celebra su Brunch. Un sitio más que se une a la tendencia que poco a poco va invadiendo todos los locales de Barcelona los domingos por la mañana, a ese desayuno tardío o esa comida temprana, dependerá de la hora a la que te hayas levantado y si has tomado algo antes de salir de casa. Seguramente esos dos condicionantes también provocarán que la elección de lo que vayas a tomar sea más dulce o más salado.
Sea como sea en Bananas encontrarás las dos opciones el primer domingo de cada mes. Hizo un primero que, por lo que oído, fue algo más “festivo” que sirvió de inauguración, pero nosotros a este no asistimos.
Fuimos a otro, y, por suerte, nos encontramos con algo mucho más tranquilo. Algo llamemosle “normal” si la idea, claro está, es ir a disfrutar de una comida. Pero aún así tiene el toque diferente como el de un DJ en directo que ameniza la comida sin estorbar, no me resulta agradable ese volumen que te impide mantener una conversación.
Lo que Bananas ofrece en su brunch es una carta donde no faltan los clásicos huevos benedictine que puedes tomarlos de diferentes maneras: con salmón o con bacon; alguna ensalada para los que no se saltan el “healthy food” ni los domingos, bocadillos, bagels e incluso ostras. Si te tira más el dulce y de forma fija, no faltan las tartas o su “Sweet Bucket” que combina yogur, frutas y un surtido de croissants dulces y salados. Podríamos decir que estos platos serán más o menos los fijos en el Brunch “No me toques el tigre” y a la que se irán añadiendo platos dependiendo de la época del año en que se visite para aprovechar el producto de temporada y que irán cambiando mensualmente.
Fue un Brunch de “chicas” donde nos juntamos 4 y cada una elegió de la carta un plato y compartir alguno entre todas. En mi caso, y haciendo algo de trampa porque iba con alguna recomendación, dudé entre la ensalada de Quinoa y el sandwich de pollo, el Bananas Chicken.
Me pudo el bocadillo, aunque una de nosotras si pidió la ensalada y tuve ocasión de hincar el tenedor. Después de probarla se que tampoco hubiera sido mala elección.
El Bananas Chicken es un buen bocadillo de tres pisos, hecho con focaccia, patatas chips, ensalada y el pollo que viene mezclado con la mayonesa. Tampoco me equivoqué y sin duda era mucho más contundente que la ensalada de quinoa, sin desmerecer…
Los platos que pusimos en el centro de la mesa fueron unas Costillas a la barbacoa y un Carpaccio de aguacate, salmón, burratina y berros de agua. También compartimos un par de postres de los que pedimos expresamente una ración pequeña, solo para probarlos: un carrot cake que es fijo en cualquier brunch que se precie y que quiera tener éxito y unos pancakes con sirope. Muy americano.
No faltan los combinados que tambien son identidad de los brunch. Con o sin alcochol, para acompañar o para acabar con una copa y llevar la comida hacia una sobremesa larga y participar en la parte más festiva que suele celebrarse después.
No es mala opción, aunque llevaba mis reservas por la inauguración oficial, se trató precisamente de eso, de una fiesta que acabó el mismo día. Quiero decir que ir a Bananas a hacer el Brunch es una buena opción donde encontrar un ambiente muy correcto en lo que a comer se refiere. De hecho, el día de nuestra visita era curioso como se mezclaban hipsters, familias con niños o pequeños grupos que disfrutaban cada uno a lo suyo de una buena comida.
Para los que tengáis una lista de pendientes para los domingos, podéis incluirlo. Y si además queréis disfrutar de algo más festivo por las tardes, con más razón aún.