El Molí de l’Escala y el Calçot de L’Empordà
El Molí de l’Escala promociona el calçot ecológico de l’Empordà en Grids Brasa
El Molí de l’Escala abre la temporada de calçots en su espacio dedicado a la brasa Grids Brasa. A casi todos nosotros, al pensar en una calçotada, se nos vendrá a la cabeza la parte sur de Catalunya más que la parte norte. Pero estas cebollas las hay en todo el territorio.
De hecho, en la zona de L’Empordà, todo empezó no hace mucho cuando Jordi Jacas apostó por el producto de temporada en su establecimiento ofreciendo menús que los incluyeran. Y si podían ser los mejores de la zona y ecológicos, mejor. Y lo consiguió hace unos años con un productor de Albons con el que llegó al acuerdo de proveer de calçots en exclusiva a El Molí de l’Escala.
Cinco años después el cultivo de calçots ha sido incorporado por un grupo de agricultores de l’Emporda en sus tierras, ampliando así los restaurantes y mercados que pueden ofrecer este producto de la zona a sus clientes.
¿Hasta que punto puede influir la tierra, la tramontana o la cercanía del mar en el sabor del calçot? La mejor manera sería hacer una cata y probar los dos a la vez. Y aún así dudo que fuera capaz de percibir diferencias a no ser que fueran muy evidentes. Porque, por lo menos yo, no tengo el paladar tan fino como para comer uno hoy y otro de aquí dos meses y apreciar matices. Y ni os cuento ya si tenemos en cuenta que suelen acompañarse de su inseparable romesco.
No se trata de comparar, sino de disfrutar de un menú y aprovechar este producto tan típico que solo se da unos meses al año.


El Menú de El Molí de l’Escala empieza con un surtido de embutidos de Jordi Vilarrasa d’Olot. Un poco de bull blanc, fuet, catalana y lomo acompañado de un pan con tomate para empezar. A continuación ya llegan los Calçots de l’Empordà. Servidos en una caja (más de una docena), eran gruesos y dulces. Dentro de la caja se encuentra todo el “atrezzo” para quedar impoluto después comerlos: guantes y babero.
Los acompañan dos salsas romesco. La más clásica, para los puristas y la típica de la casa, hecha con anchoas. Las dos eran bien espesas y muy buenas. La de anchoas me pareció original y tan válida como la tradicional. De hecho, no sabría decantarme por una de ellas en caso de que tuviera que elegir.

