Jordi Roca crea un postre para Aigües Vilajuïga.
Caramelo, gelatina, nitrógeno, lichis y flores blancas son algunos de sus ingredientes.
Cuando se anunció el cierre de la planta embotelladora de Vilajuïga nadie podía imaginar que en un par de años Jordi Roca crearía un dulce inspirado en este agua. Pero así ha sido y el pastelero reconocido mundialmente ha creado un postre único para la celebración de los 115 años de Aigües Vilajuïga: esfera de caramelo rellena de gotas de gelatina formada en nitrógeno, lichis, flores blancas como el saúco, la acacia y el jazmín; una jalea de Aigua Vilajuïga, melón y sorbete de Vilajuïga.
Y es que era poco probable que se dieran tantas casualidades: la emisión de un programa en TV3 que anunciara este cierre, que este programa lo viera Victor Grifols y que le tocara la fibra de tal forma que decidiera hacerse cargo de ello para alargar la vida de un producto natural con más de 100 años.
El verano de 2017 cambió el destino de muchas personas, sobre todo de la población de Vilajuïga. Fue entonces cuando se puso en marcha la nueva etapa con el inicio, por un lado, de un proceso de renovación necesario de las instalaciones y, por otro, con la creación de una red comercial que pusiera en alza el valor de Aigües Vilajuïga y las colocara en las mesas más gastronómicas del país.
Un valor reforzado por ser un producto natural y sin gas añadido, mineral y que, al no ser alterada artificialmente, conserva exactamente las mismas propiedades que en su momento la llevaron a venderse en las farmacias como agua medicinal: 0,8405 gramos de gas por litro obtenidos por la presión del subsuelo, rica en magnesio, sodio, calcio y litio.
Antes de 1903 la gente iba a buscar ese agua tan particular a un pozo anónimo del pueblo. Fue entonces cuando Ramon Margineda junto a seis familias más constituyeron la sociedad Aigües de Vilajuïga, siendo analizada por primera vez y atribuyéndole beneficios mineromedicinales. Al año siguiente fue declarada agua mineromedicinal de utilidad pública. Hoy la encontraremos en tiendas gourmet y restaurantes gastronómicos, en botellas con un diseño elegante y sencillo que pretende plasmar el territorio de l’Empordà.
Aigües Vilajuïga ha conseguido así llegar a cumplir los 115 años, llenando botellas del agua que brota del acuífero que está a 72 metros de profundidad.
La evolución de Aigües Vilajuïga puede apreciarse no solo en sus envases, sino también en la cartelería que ha acompañado sus campañas comerciales. “Agua de Vilajuïga. Estómago-Riñones-Hígado. Deliciosa para la mesa, la más rica en Litina” es el mensaje que proclamaba el primer cartel publicitario diseñado por Leonetto Cappiello en 1910. Para este aniversario, se ha presentado un nuevo cartel diseñado por Josep Pla-Narbona, recientemente premiado con la Creu de Sant Jordi.
El destino de Vilajuïga ha cambiado y el de sus aguas carbonatadas también. Por suerte, ahora podemos seguir saboreándola y lo haremos mucho mejor si seguimos los consejos del sumiller Ferran Centelles:
“A 14º C que es la temperatura natural de captación. En caso de disfrutarla fría, recomendamos una temperatura de servicio de 6º”
