City Bar, gastronomía en Vía Laietana
El restaurante del Gran Hotel Central sigue su apuesta por una cocina de calidad.
City Bar es el restaurante y bar del Gran Hotel Central. Hace unos años conocimos su oferta gastronómica y dejó un buen recuerdo en nosotros.
Tener un buen recuerdo de un sitio y volver entraña siempre un riesgo: el de la decepción. A veces porque se ha bajado el nivel o a veces porque se ha idealizado demasiado. Por suerte, no ha sido el caso y nuestra visita a City Bar no ha decepcionado lo más mínimo.
El Gran Hotel Central se ubica en un edificio de 1926. De hecho, la entrada principal del restaurante era por la que accedían en su época los coches de caballos.
La entrada puede ser desde la misma del hotel o directamente por una puerta paralela perfectamente señalizada. Una buena opción para todos aquellos que aún sientan cierto apuro en pasar por delante de la recepción. Un primer espacio, más informal y con una amplia barra es el que da la bienvenida. Más al fondo, encontramos el comedor que dispone de diversas salas.
Su comedor tiene el ambiente que cabe esperar de un hotel de esta categoría. Elegante, cálido y discreto y con servicio exquisito.
Centrándonos en su oferta gastronómica, sabemos que el chef Alberto Vicente sigue liderando los fuegos. Basándose en una cocina catalana tradicional y utilizando productos de calidad, consigue platos equilibrados sin ninguna fligrana que les sobre. En ellos vemos una buena presentación y el toque creativo que Alberto aporta a los platos de City Bar.
Su currículum se ha formado casi todo en grandes hoteles. Desde los 16 años y junto a su padre, que empezó en el Hotel Ambassador; ha pasado por otras cocinas como la del Caelis, Hotel Murmuri, Silken Diagonal o Petit Comité entre otros.
Toda esta experiencia y conocimiento se vuelcan en sus elaboraciones. Las croquetas de pollo asado o las albóndigas de pato con peras y praliné de avellanas se han convertido en clásicos a probar si vas por primera vez.
En cambio, más allá de los clásicos la carta se va renovando según la temporada, una para los meses más fríos y otra para los más cálidos.
En su carta de invierno, encontramos como entrante una tortilla abierta de gambas, cantarelas y mayonesa de crustáceos en la que se aprecia la voluntad de querer satisfacer las nuevas tendencias (últimamente, parece que la tortilla abierta se impone). Otro de ellos, la crema de boletus con galleta ibérica y navajas del Delta también es una buena elección para empezar.
Burrata cremosa, milhojas de patata trufada con yemas de codorniz o ensalada de boniatos con miel, verduritas y alcachofas son otras de las tentaciones que encontramos entre sus primeros platos.
Para los segundos o principales encontramos platos más contundentes. Las propuestas varían y se observan platos más elaborados en los que el guiso toma importancia. Entre sus pescados encontramos una merluza a 63º con chalotas a la meunier como nuevo en la carta que comparte lugar con unos canelones melosos de buey con crema de colmenillas que se han convertido en imprescindibles junto a la versión de la tradicional receta catalana pato con peras versionada en albóndigas.
Para acabar dulcemente os recomendamos sus buñuelos de chocolate. No te podrás resistir a coger sólo uno…
Su menú ejecutivo es una buena forma de romper el hielo con City Bar. Ofrecido de lunes a viernes, no se trata de un menú cerrado, sino que se compone de la elección de platos de la carta con algunas excepciones. Un entrante, un principal, postre o café, con servicio de pan, agua y copa de vino incluida tiene un precio de 39 Euros.
Si preferís ir directos a su menú degustación, debéis poneros en manos del Chef. Alberto Vicente será él quien elija los platos que se servirán. En este caso, el precio es de 45 Euros. Por 20 Euros más se puede optar a un maridaje de cócteles propuesto por su bartender Manel Vehí.
City Bar confirma que comer en algunos de los hoteles de Barcelona es una de las mejores opciones si buscas un sitio para comer tranquilo. Tranquilo y bien.
