Comaxurros y Ada Parellada aterrizan en San Cugat.
Comaxurros la churrería menos convencional abre en San Cugat.
Es posible que hayáis escuchado algo sobre Comaxurros. O quizá hayáis visto su foodtruck en algunos de los mercados o festivales que se organizan en Barcelona que ofrecen comida callejera o elaboraciones artesanales. Aunque también es posible que no hayáis escuchado nada sobre ellos.
La primera vez que supe de ellos fue en Alimentaria, la de 2014. En ella hicieron su presentación oficial en los talleres que se organizan en esta feria. Por las fechas, estarían recién nacidos y recuerdo que nos explicaron su idea, su proyecto y su forma de hacer este…¿dulce? tan nuestro.
La verdad es que el churro está relacionado con un sabor dulce, por lo menos a mi me pasa, pero si reflexiono no necesariamente tiene que ser así. De ahí el interrogante anterior. Si no les ponemos azúcar, hablamos de una masa de harina, agua y sal que se fríe. O sea que la parte golosa viene después con ese azúcar que se añade o con el chocolate deshecho con el que solemos acompañarlos.
Comaxurros parte de esa idea y sus mezclas son rompedoras. Desmonta con sus propuestas que el churro tiene que ser exclusivamente mezclado con crema, nata o cualquier otra sugerente chuchería. No significa que esta faceta más tradicional sea olvidada, pero abre explora mucho más las posibilidades a las que se puede llegar.
Debemos relacionar Comaxurros con la Pastisseria Canal, una pastelería que ya es un clásico de Barcelona después de que hace 40 años abrieran las puertas de su primer local en la calle Calvet. Negocio que ampliaron unos años más tarde con la apertura en la calle Muntaner. Las incorporaciones de las nuevas generaciones, con Lluís Estrada Canals, la segunda generación de la familia y con Marc Muñoz, quién se incorpora al equipo como pastelero son las que buscan otro modelo paralelo a la pastelería clásica, sin dejar esta de lado.
Así nace la aventura de recuperar el churro y ponerlo a la altura de los macarons o los eclairs o cualquiera de las delicatessen pasteleras. Eso si, hacerlo de forma divertida, informal y rompiendo moldes.
Para ello nos ofrecen unas bravas muy especiales, donde en vez de unas patatas aderezadas con salsa brava nos encontramos unos pequeños bocados de churros que, sorprendentemente, ligan la mar de bien. Optar por una especie de mini bocadillo bien diferente sería también una buena elección con su churro con salmorejo y jamón. Son solo algunos de los ejemplos que se pueden encontrar en comaxurros. Y aunque en un principio puede arrugarse la nariz, os sugiero volver al planteamiento de que el churro es agua, harina y sal.
En su espacio de Sant Cugat, el espacio invita a compartir en familia una merienda bien diferente. En su planta baja hay juegos para que los niños se distraigan y organizarán talleres infantiles cada sábado.
¿Una churrería, una pastelería o un bar dónde tomar un tentempié?. No sabría deciros, la verdad. Lo mejor, que vayáis y lo probéis. Según que hora sea os apetecerá una cosa u otra. Os sugiero dejaros llevar y saciar vuestra curiosidad. Por que curioso es.