Les Grands Buffets: el mayor bufet de quesos del mundo.
Les Grands Buffets, no ha perdido su encanto. No ha perdido su fuente de bogavante, ni su foie, ni su espectacular sección de postres, que es el paraíso de cualquier goloso.
Pero ahora su oferta se amplía apostando por uno de los productos emblema de Francia logrando el mayor bufet de quesos del mundo. Treinta metros de bandeja llena de todo tipo de quesos, 110 exactamente, convierten a Narbonne en uno de los destinos más gastronómicos de Europa con una de las mayores ofertas queseras que existen.
La selección ha sido realizada por el propio Louis Privat, director de Les Grands Buffets, David Marrand, maestro quesero del restaurante y Xavier Thuret, Mejor Artesano Quesero de Francia. Siguiendo la misma filosofía que aplicó a sus vinos, Louis Privat se prima la promoción de los productos regionales. De esta forma toman especial importancia los quesos de Occitania como el Régalis, Margalet, Goustal, Pelardon y varios tipos de Roquefort, aunque no se apartan los de otros orígenes.
Quesos de pasta blanda o azul, de cabra o de oveja, cremosos o secos y los “cariñosamente” llamados apestosos completan la oferta de los 110 tipos diferentes que encontramos en el restaurante. Los amantes del queso no pueden pasar de largo ante este festival y les Grands Buffets quiere apoyar al máximo que los comensales que cojan un trozo de cualquiera de ellos, disfruten y les saquen el máximo provecho posible. Por eso, incorpora a su equipo 4 especialistas para asesorar de los matices de los quesos, así como de cuál es la mejor forma de cortarlos y degustarlos y de su intensidad valorada del 1 al 10, dando información de cada uno de ellos. La presentación del mayor bufet de quesos del mundo también era importante y no se tomó a la ligera, distribuyéndolos en un mostrador de 30 metros para deleite de cualquiera.
Han sido 4 años de trabajo, de búsqueda y de degustaciones para seleccionar los quesos que estarían presentes. Suponía todo un desafío aumentar su oferta anterior, pues ya era lo suficientemente grande con 70 quesos disponibles. No se trataba solamente de añadir 40 tipos más para llegar al número pensado y cumplir un expediente basado sólo en una cifra, sino de hacerlo bien y lo suficientemente seductor para la cantidad de comensales que cada año pasan por Les Grands Buffets.
En el mundo, existen varios centros dedicados al queso en países como Holanda o Corea. Unos templos dedicados al producto lácteo que asegura un público incondicional de este producto. Pero Louis Privat no quería un parque temático. Quería ampliar al máximo su oferta para lograr el mayor bufet de quesos del mundo y honrar uno de los mejores productos galos. Su reflexión fue decisiva. “¿Cómo es posible que en otros países del mundo hayan pensado en grandes espacios destinados al queso y un país como Francia no ponga a disposición de los grandes gourmets algo parecido?”. Para él era vital que este proyecto estuviera en un restaurante en Francia.
Los quesos se distribuyen en 23 quesos europeos que incluyen la representación de 11 regiones francesas incluyendo también quesos griegos, españoles, italianos, holandeses o suizos.
Durante los últimos años, Les Grands Buffets ha conseguido captar la atención del público español consiguiendo aumentar su clientela española hasta 35.000 visitantes anuales. Sin duda la línea SNCF de Renfe ha facilitado viajar a la que hoy es la capital del queso, Narbonne. La accesibilidad y la oferta del restaurante, ha resultado suficiente para conseguir que su público francés y español se haya igualado.
Este año 2018 ha sido un año grande que rematan con esta gran inauguración que Renfe ha querido incluir entre sus acciones de celebración de 5º aniversario de la línea SNCF como la llevada a cabo hace unas semanas con un showcooking en directo con chefs premiados con Estrella Michelin en su trayecto a París. Su oferta de vinos regionales les ha servidos para recibir el título de Embajadores del vino de Occitania, unos vinos que pueden consumirse por copas allí mismo con la posibilidad de llevarse la botella a precio de bodega.